Hosni Mubarak ya es historia

Anna Cuenca EL CAIRO / AFP

INTERNACIONAL

El Ejército toma el control de Egipto y descarta suplantar la legitimidad del pueblo. Júbilo popular por la marcha del presidente.

12 feb 2011 . Actualizado a las 11:52 h.

La rebelión popular egipcia consiguió ayer su propósito. Hosni Mubarak dejó de ser presidente de Egipto y entregó el poder al Ejército. Tras la decepción del jueves, la plaza de Tahrir estalló en júbilo cuando escuchó la esperada renuncia en un lacónico anuncio televisado del vicepresidente Omar Suleimán.

Los acontecimientos se precipitaron después de que a primera hora de la tarde se confirmara que Mubarak y toda su familia habían viajado en helicóptero a la ciudad de Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo. A esa horas, las protestas se extendían, más allá de la plaza Tahrir, a la sede de la radiotelevisión, el palacio presidencial. La rabia y la frustración tras la negativa del jueves de Mubarak de dimitir se tradujo en una marea humana, animada por las redes sociales.

Antes del inicio de la multitudinaria protesta, el Ejército había asegurado en un ambiguo comunicado ser garante de las reformas prometidas por el régimen, al tiempo que pedía el fin de las manifestaciones. El Comunicado dos fue leído por un presentador en la televisión y por un coronel ante los manifestantes frente al palacio presidencial. Hubo una iracunda reacción de la multitud. Un hombre arrebató el micrófono al coronel. «Nos han decepcionado, ustedes eran nuestra esperanza», gritó, mientras la multitud comenzaba a corear consignas pidiendo que Mubarak fuera juzgado. Entonces, varios soldados abandonaron sus armas y uniformes para unirse a las manifestaciones. Poco después se anunció un comunicado «urgente e importante» desde presidencia.

Anuncio oficial

«Habida cuenta de las difíciles condiciones que atraviesa el país, el presidente Mohamed Hosni Mubarak decidió abandonar el puesto de presidente de la República y encargó al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas administrar los asuntos del país», afirmó ante las cámaras con rostro serio Suleimán, cuyo papel en la transición se desconoce por ahora. Ya es solo una voz, incluso si sigue siendo vicepresidente», dijo a Efe el vicepresidente del Tribunal de Casación egipcio, Ahmad Meki.

El control del país más poblado del mundo árabe pasaba así a manos del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. Y su presidente, el ministro de Defensa, Mohamed Huseín Tantawi, saludaba a la multitud desde el palacio presidencial de Heliópolis.

Pese a la alegría general en la plaza Tahrir, algunos egipcios expresaban su preocupación por encontrarse ahora bajo un régimen militar. «Quiero estar seguro de que el Ejército transfiera el poder a un Gobierno civil. Si oigo eso, este será el fin de la protesta y podremos irnos a casa», dijo Adel Anwar.

Consciente de esta inquietud, el Ejército aseguró en su Comunicado tres «que no será una alternativa a la legitimidad querida por el pueblo».

Mohamed el Baradei afirmó que la renuncia de Mubarak es «la emancipación de Egipto», y los Hermanos Musulmanes felicitaron al pueblo y al Ejército..

«Se terminó la era de la esclavitud y el autoritarismo, comienza un nuevo amanecer en la historia de Egipto, un nuevo renacer, el Egipto del siglo XXI», aseguró en su web el Movimiento 6 de Abril, organización juvenil en la red que desempeñó un papel clave en la renuncia de Mubarak.