Los 40 seguidores de Sarah Palin, dispuestos a dar guerra

Tatiana López NUEVA YORK/LA VOZ.

INTERNACIONAL

04 ene 2011 . Actualizado a las 02:00 h.

El Tea Party, el movimiento liderado por Sarah Palin, prepara su asalto al Congreso, en lo que se prevé como una batalla en el Partido Republicano, divido entre aquellos que apoyan a la ex gobernadora de Alaska y quienes apuestan por una política de colaboración con el Gobierno de Obama. En total más de 40 discípulos de Palin se estrenan esta semana en el Capitolio dispuestos a imponer su doctrina ultraconservadora.

Entre otras cosas el Tea Party ha prometido que minimizará el papel del Gobierno, revocará la reforma sanitaria de Obama y obligará a los congresistas a leer en alto la Constitución cada vez que inicien una sesión.

La llegada de los novatos de la clase son malas noticias no solo para los demócratas, sino también para los republicanos, a quienes los miembros del Tea Party acusan estos días de haberse vendido a la Casa Blanca.

Según un artículo publicado el domingo en The New York Times , los elegidos de la ex gobernadora de Alaska se encuentran especialmente furiosos por los recientes acuerdos bipartidistas alcanzados en el Congreso, que han elevado la popularidad de Obama a sus niveles más altos de los últimos 12 meses.

La aprobación de medidas como la ratificación del acuerdo de desarme nuclear con Rusia o la exención de impuestos a los contribuyentes dividió más si cabe a la oposición, cuyo futuro político pasa estos días por dos puntos fundamentales. Por una parte deben elegir un nuevo presidente para su Comité Nacional Central, una decisión que sin duda determinará cuál de las dos facciones acaba imponiéndose en el partido. Por otra los conservadores necesitan mostrar al país que son capaces de legislar unidos si quieren tener alguna oportunidad en las presidenciales del 2012.

Se espera que la primera prueba de fuego tendrá lugar con motivo del aumento de la deuda pública, un asunto que ya ha levantado ampollas después de que la Casa Blanca acusara al Tea Party de «comportarse como unos gallinas» por no querer ayudar al Gobierno.