El mito y la realidad de Wikileaks

Leoncio González REDACCIÓN/LA VOZ.

INTERNACIONAL

Junto a contadas novedades y no pocas obviedades, los informes ratifican desde dentro algunos conflictos ya conocidos y enriquecen la visión de otros sin modificar su cuadro general

12 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Dos semanas de bombardeo informativo ininterrumpido con los secretos de la diplomacia norteamericana no son tiempo suficiente para emitir un juicio definitivo sobre su importancia. Hasta última hora de ayer habían llegado a conocimiento público unos 1.300 documentos de los más de 250.000 que tiene en su poder Wikileaks, un porcentaje irrelevante, inferior al 1% , que no permite deducir qué otras revelaciones están por venir y cuál será su calado. Sin embargo, ya es posible extraer conclusiones de lo que se ha divulgado con el fin de distinguir el mito y la realidad de la gran filtración.

LAS PRIMICIAS

¿Qué novedades aportan los documentos?

Novedades, novedades, contadas. Las más relevantes son el plan del Departamento de Estado para espiar al secretario general de la ONU y a los embajadores de varios países en este organismo; el acuerdo por el cual las autoridades del Yemen permiten a EE.?UU. atacar a terroristas en su territorio, a condición de que las incursiones pasen por ser yemeníes; las peticiones de líderes árabes, entre los que se cuenta el rey Abdalá, para descabezar las instalaciones nucleares de Irán; y el listado de los 200 lugares que EE.?UU. considera estratégicos en el mundo, entre los cuales se encuentran el estrecho de Gibraltar, el gasoducto que une la península con Argelia y el instituto Grifols, una empresa farmacéutica catalana especializada en la inmunoglobulina de uso intravenoso. También son novedades la identidad de los jerarcas chinos que dirigieron la ofensiva contra Google, que el presidente de El Salvador Mauricio Funes pidió ayuda a Washington para hacer frente a sus socios de la antigua guerrilla, que Álvaro Uribe buscó por la puerta de atrás el diálogo con las FARC y que la OTAN diseñó un plan para defender a los países del Báltico frente a Rusia, aunque fuentes militares rusas admitieron estar al tanto del mismo.

FUENTES INTERNAS

¿Cómo son las demás filtraciones?

Se pueden clasificar de tres formas: las que confirman desde dentro cuestiones de las que ya había constancia o indicios externos, las que ofrecen detalles desconocidos en asuntos que ya eran de dominio público y las obviedades sin más valor que el morbo. Entre las primeras cabe mencionar la confesión realizada por el futuro primer ministro chino, Li Lekiang, que contó al embajador de EE.?UU. en China que su país manipula las cifras de crecimiento, algo que algunos economistas ya sabían. También se sabía que Pekín tenía dificultades para controlar a la familia que gobierna Pyongyang y que su deseo es unificar las dos Coreas para privar así a EE.?UU. de una vía de penetración en Asia; que Berlusconi tiene una relación especial con Putin y que ambos comparten negocios; que Lula prefiere contratar aviones de guerra franceses, mientras que sus militares se inclinan por los norteamericanos, o que Argelia no tiene la intención de entablar una guerra con Marruecos por defender al Polisario. Lo que ocurre es que, ratificadas por fuentes de primera mano, esas cuestiones adquieren una naturaleza indisputada.

EL CUADRO NO CAMBIA

¿Qué filtraciones amplían conflictos de dominio público?

La más comentada ha sido la relativa a los flujos de dinero enviados desde Arabia Saudí para financiar a Al Qaida. Se conocía su existencia, pero no que tuviera la gravedad que le atribuye EE.?UU. Lo mismo puede decirse de la corrupción en Afganistán, que habría alcanzado a los más altos niveles del Gobierno con una impunidad que raya en la desvergüenza. Los documentos filtrados permiten tener más datos del apoyo que presta Corea del Norte a Irán y a los militares de Birmania para que dispongan de arsenal nuclear, de las pretensiones que alimenta Turquía para convertirse en la nueva potencia del islam, de la financiación que brinda el narcotráfico a la Nicaragua postsandinista, de la complicidad de los servicios secretos paquistaníes con terroristas o de la corrupción en Marruecos. Pero ninguno de esos datos modifica el cuadro general ya conocido.

EL LADO MORBOSO

¿Por qué algunos cables son obviedades?

Porque se limitan a reproducir asuntos que ya han sido publicados en los países en los que se hallan destinados los diplomáticos que los redactan. Es el caso de las fiestas de Berlusconi, del afán de protagonismo internacional que tiene Sarkozy, de las divisiones que agrietan la coalición que gobierna Alemania, del bótox de Gadafi o los altibajos emocionales de Cristina Fernández. Otras cuestiones que no suponen un avance informativo porque estaban copiosamente documentadas son el cerco de China a sus disidentes, la colaboración entre Venezuela y Cuba, o que Argentina ha vuelto a poner sus ojos en las Malvinas.

LA TRANSPARENCIA

¿Es una revolución en la forma de hacer periodismo que acaba con la prensa?

Al contrario. Es la demostración de que los medios impresos siguen teniendo una importancia decisiva para fijar la agenda. Para verlo, basta repasar el trayecto que siguen los documentos desde los ordenadores de la Administración americana a la esfera pública. Se trata de un recorrido en tres etapas. En la primera, son robados por una persona, posiblemente el soldado Bradley Manning, que entrega archivos con 718.030 documentos a Wikileaks. Acto seguido, esta organización, que dice tener como fin la transparencia absoluta, toma la decisión de difundirlos en varias tandas. Las dos primeras, referidas a las guerras de Irak y Afganistán, son colgadas íntegramente en la Red, al mismo tiempo que se suministran a dos medios escritos, uno inglés y otro alemán. No obstante, la complejidad de la navegación por los documentos en bruto y la dificultad de encontrar los realmente relevantes limitaron el impacto mediático. En consecuencia, en la tercera tanda, Julian Assange llega a un acuerdo con cuatro periódicos europeos, uno de los cuales incorpora a otro norteamericano. Dichos rotativos reciben las filtraciones con antelación a que sean subidas a la Red, pactan su publicación y las editan conforme a criterios periodísticos y de acuerdo con sus líneas editoriales e intereses comerciales. Por lo tanto, se trata de una transparencia fuertemente mediada.