Cameron anuncia una reforma de los subsidios por desempleo muy dura

Imanol Allende LONDRES/LA VOZ.

INTERNACIONAL

Critica la revuelta de los universitarios, pero no dará su brazo a torcer y triplicará el precio de las matrículas.

12 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Cuando en octubre el Gobierno de coalición liderado por el conservador David Cameron presentó los planes de recorte del Estado de bienestar en un intento desesperado por reducir el déficit público, el propio primer ministro los calificó de «radicales e inevitables». Es por esta urgencia por lo que aún sin haberse recompuesto la sociedad británica de la violencia en la que desembocó la manifestación estudiantil del miércoles, que Cameron, además de criticar esa revuelta, anunció ayer una draconiana reforma de las prestaciones por desempleo, en las que por primera vez se incluyen sanciones como la pérdida del subsidio para los parados que rechacen tres ofertas de trabajo.

Como ocurrió en los años setenta con las políticas radicales de Margaret Thatcher, entre ellas la de limitar el poder sindical, Cameron no está dispuesto a que los estudiantes descontentos por triplicar el precio de las matrículas universitarias, o los funcionarios, por el masivo despido al que hacen frente, detengan su plan de rescate de la economía británica.

Ayer le tocaba el turno a los parados, una masa social que aunque no alta en porcentaje, alrededor del 7%, sí se trata de un colectivo de larga inactividad laboral. Casi un millón y medio de personas no han trabajado y han cobrado diferentes subsidios durante nueve de los diez últimos años, al tiempo que un 70% del trabajo creado en los últimos cuatro años ha sido cubierto por inmigrantes.

El ministro de Trabajo y Pensiones, Ian Duncan Smith, confirmó que el Gobierno pretende dar a luz una serie de medidas -«un acuerdo» que se comenzará a aplicar en el 2013- tendentes a que esos parados que ya se han hecho crónicos, regresen al mercado laboral.

Duncan Smith anunció que los parados perderán sus prestaciones durante tres meses (unos 70 euros a la semana) si rechazan una primera oferta de trabajo, durante seis si lo hacen por segunda vez y durante tres años si rechazan una tercera.

Trabajo social

La medida más polémica es la obligatoriedad para los parados de larga duración de realizar 30 horas durante 4 semanas de trabajos para la comunidad, como recoger hojas, so pena de perder la prestación. Además, el ministro británico, que calificó de pecado que los parados rechacen trabajos, prevé unificar en un subsidio las más de 30 ayudas públicas existentes, y que abarcan desde las fiscales a las de vivienda, por hijos o por búsqueda de empleo. Así, el Gobierno pretende simplificar la compleja red de beneficios y prestaciones sociales. Según Duncan Smith, este plan sacará de la pobreza a 500.000 adultos y a 350.000 niños.

El primer ministro, David Cameron, se dejó oír desde Seúl, adonde viajó para asistir a la cumbre del G-20 y señaló: «Si puedes trabajar, vivir de las prestaciones no será ya una opción; si a personas que pueden trabajar se les ofrece un trabajo, se esperará que lo cojan. Ese es el trato. Si se rompe, se pierden las prestaciones».