Batalla campal en El Aaiún tras el desalojo del campamento saharaui

David Alvarado RABAT/LA VOZ.

INTERNACIONAL

A los enfrentamientos entre los expulsados y policías se sumaron choques entre los habitantes de la zona

09 nov 2010 . Actualizado a las 10:50 h.

Las fuerzas marroquíes desalojaron ayer por la fuerza el campamento de protesta saharaui de Gdaim Izik, asalto que degeneró en una batalla campal en las calles de la cercana ciudad de El Aaiún.

A las 7.15 horas locales de ayer miembros de la Gendarmería Real y de las Fuerzas Auxiliares entraron en el campamento para desmantelarlo. Tras haber pedido por altavoz el desalojo del campo de forma pacífica y negarse algunos de sus cerca de 10.000 habitantes -según otras fuentes llegó a albergar a más de 20.000 y más de 7.000 jaimas- a abandonarlo, procedieron al uso de cañones de agua, gases lacrimógenos y porras.

«Fueron momentos de gran confusión, con los helicópteros disparando agua caliente sobre nosotros. El humo nos impedía ver y no sabíamos hacia dónde correr», recuerda Tarik, un taxista desalojado del campamento. Daba entonces comienzo la guerra de cifras.

El Gobierno marroquí informó de tres víctimas mortales y setenta heridos entre miembros de las fuerzas de seguridad, sin referirse a bajas civiles. El Frente Polisario habló en un primer momento de más de una decena de muertos. Pero poco después el Ministerio de Información saharaui confirmó un único muerto, Babi Mahmud el Guergar, de 26 años. Sin embargo, responsables asociativos locales elevan a al menos tres las bajas civiles, y los heridos, a decenas.

Barricadas

Expulsados manu militari del que había sido su hogar durante las últimas semanas, cientos de personas trataban de llegar a pie a sus casas en la ciudad, a una decena de kilómetros. Los disturbios se trasladaron entonces a El Aaiún, acentuándose la tensa situación de las últimas horas. Decenas de personas tomaron la céntrica avenida de Smara para protestar por la intervención de las fuerzas de seguridad. Se levantaron barricadas y, en algunos casos, se procedió a la quema de neumáticos. La policía trató de sofocar la situación en vano. A los enfrentamientos entre civiles y fuerzas del orden se sumaron los choques entre los propios civiles.

«La gente del norte ha atacado los domicilios de la gente oriunda. De seguir así, la situación podría degenerar en una guerra civil», advierte Ramdán Messaud, presidente de la Asociación Saharaui de Derechos Humanos. La sociedad saharaui está muy estratificada, un hecho que era patente en Gdaim Izik. A los oriundos, que no han abandonado nunca el territorio, y a los retornados, que volvieron de los campamentos argelinos de Tinduf, se unieron la «gente del norte», expresión que alude a los marroquíes desplazados hace ahora 35 años al territorio de la ex colonia española. A medida que avanzó la tarde la tensión amainó.

Todo tipo de informaciones se sucedieron durante la jornada. Algunas fuentes llegaron a asegurar el fin del alto el fuego entre Marruecos y el Polisario en la frontera mauritana.