Benigno Aquino, virtual ganador de las elecciones presidenciales en Filipinas

Efe

INTERNACIONAL

Tras el recuento del 78% de los votos, Aquino sobresale con el 40% de los sufragios, lejos de su rival inmediato el ex presidente Joseph Estrada.

11 may 2010 . Actualizado a las 17:42 h.

El senador Benigno Aquino, heredero de una influyente dinastía, será el nuevo presidente de Filipinas tras una victoria electoral que le da vía para cumplir su promesa de aliviar la extendida pobreza y enfrentarse a la enquistada corrupción.

Cuando se ha escrutado más del 78% de los votos, Aquino sobresale con el 40% de los sufragios, lejos de su inmediato rival, el ex presidente Joseph Estrada, que ha recibido el 25% del voto.

El hijo de Benigno Aquino, mártir de la democracia asesinado en 1983, y de la fallecida Corazón Cojuangco, la primera presidenta tras la dictadura de Ferdinand Marcos, ha insistido en su primera intervención tras conocerse su liderazgo que dará prioridad a la lucha contra la corrupción, un mensaje que repitió de forma machacona durante la campaña.

«No sólo no robaré, sino que arrestaré a quienes lo hagan», afirmó este martes en una rueda de prensa en la localidad de Tarlac, al norte de Manila, donde es copropietario por parte de su familia materna, los Cojuangco, de la extensa hacienda La Luisita.

La contundencia de los primeros números ha llevado a uno de los principales candidatos, el senador Manny Villar, en tercer lugar en el recuento, a conceder la victoria de su oponente e incluso ofrecerle su colaboración, mientras que Estrada todavía no se ha pronunciado.

A pesar de los fallos técnicos en 400 de las 76.000 máquinas automáticas y de la habitual violencia, que dejó nueve muertos durante la jornada de votación, la Comisión Electoral ofreció los primeros resultados a las dos horas del cierre de los colegios.

«Las máquinas funcionaron mejor de lo esperado, diría que ha sido un éxito», declaró el presidente de la Comisión Electoral, José Melo.

Aquino afrontará los mismos desafíos que sus antecesores, garantizar el crecimiento económico, aliviar la pobreza y combatir la corrupción, además de intentar acabar con la rebelión comunista y la lucha del separatismos islámico.

Durante los nueve años de mandato de la actual presidenta, Gloria Macapagal Arroyo, los índices de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) se han mantenido a un nivel parecido al de sus vecinos asiáticos, con una media del 5 por ciento anual hasta que estalló la crisis financiera global en 2008, pero insuficiente para aliviar la extendida pobreza.

El 44% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, con menos de dos dólares al día, mientras que la economía subsiste gracias a las remesas de dinero que envían al país los cerca de once millones de filipinos que trabajan en el extranjero, y que representan casi el 15 por ciento del PIB.

Pese a que no ha querido dar por segura su victoria ante los medios, el líder del Partido Liberal reconoció que ya trabaja para formar un equipo de Gobierno para sus seis años de mandato, el único que le concede la Constitución de 1987.

Uno de sus rivales en las presidenciales, Gilberto Teodoro, ex secretario de Defensa con Arroyo, se perfila como posible candidato a formar parte del nuevo Ejecutivo.

La formación del Gobierno puede resultar más complicada de lo previsto si se confirma que Jejomar Binay, alcalde de uno de los distritos más prósperos de Manila, el de Makati, ganó la vicepresidencia.

Binay, que formó tándem con Estrada durante la campaña, tiene según los recuentos provisionales 800.000 votos más que Mar Roxas, el vicepresidente apoyado por Aquino.

La Comisión Electoral espera ofrecer los resultados definitivos en las próximas 24 horas, un hito en la historia del país, donde el escrutinio se prolongaba durante semanas en medio de múltiples sospechas de fraude.