Un paso más para el deshielo entre Moscú y Kiev

Ulf Mauder? / ?Nina Jeglinski

INTERNACIONAL

22 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Para su primera visita a Ucrania, Dmitri Medvédev eligió la gran ciudad de Chárjov, en el este del país. Ahí, donde la población es de habla rusa, la política de Moscú iba a encontrar mejor acogida que en el oeste de habla ucraniana y tendencia nacionalista. Que, además, trajese una rebaja del precio del gas de 30.000 millones fue considerado un golpe de efecto. Ucrania, que se encuentra al borde de la bancarrota, resuelve así muchos problemas de golpe.

Kiev y Moscú habían dado por finalizados los tiempos de precios amistosos en el gas. Rusia ya no quería seguir subvencionando la economía ucraniana con tales descuentos. Pero de eso hace ya más de un año, cuando una disputa de precios desencadenó la guerra del gas, en la que Rusia cerró el grifo a su vecino y dejó a varios países en el este de la UE a merced del frío.

Ahora, desde que gobierna Yanukóvich, las relaciones entre ambos países han entrado en fase de deshielo. Primero, Yanukóvich se deshizo de los que abogaban por la incorporación de Ucrania a la OTAN. El acuerdo sobre la flota rusa del mar Negro es el siguiente paso.

No tiene que significar que Yanukóvich renuncie a su deseo de mantenerse al margen de los bloques. Los observadores creen, por el contrario, que su decisión responde a los grandes apuros financieros que ha heredado. Sin el descuento ruso, su primer ministro se habría visto obligado a elevar los precios del gas para uso doméstico. La reducción le permitirá bajar el déficit, condición puesta por el FMI para prestarle dinero.