El Gobierno irlandés teme que los indecisos provoquen un segundo rechazo al Tratado de Lisboa

Imanol Allende

INTERNACIONAL

05 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

¿Otro no de Irlanda al Tratado de Lisboa? ¿Se trata de una broma? Para más de la mitad de los irlandeses, el 54% en concreto, no lo es, y para su Gobierno tampoco. En Dublín suena ya la alarma ante el constante incremento en las últimas semanas del porcentaje de irlandeses que se muestran indecisos y que pretenden rechazar por segunda vez en un año el Tratado de Lisboa.

No es que el Ejecutivo irlandés crea que el referendo está perdido, ya que cuenta con el 46% de la población a favor. Pero cuando apenas queda un mes para el referendo (2 de octubre), al 29% que ya ha mostrado su rechazo habría que añadir el gran volumen de indecisos, que ronda el 25% del total de irlandeses con derecho a voto. Una cifra relevante porque en junio del año pasado, cuando tuvo lugar el anterior referendo, se demostró que los indecisos votaron en contra del Tratado.

Tal es el temor, que el Gobierno de Brian Cowen ha comenzado a mover a sus alfiles, en un intento por motivar a los indecisos y mantener en alerta a los que van a votar a favor. Ayer le tocaba el turno al ministro de Exteriores, Michael Martin, quien, con los resultados de la encuesta efectuada por el rotativo Irish Times en la mano, indicó en la radio pública RTE que «nunca me engañé, es difícil asegurar que los irlandeses vayan a votar sí al Tratado, pero creo que podemos hacerlo», y agregó que, «estamos ante un reto muy importante, va a ser una campaña muy ajustada y serán necesarios todos los recursos, la convicción, la política y la pasión de los partidarios del sí».

Pero existe un riesgo al que no es ajeno el ministro irlandés de Exteriores, el malestar social por la grave crisis económica por la que atraviesa el país. La economía que una vez fue la de mayor crecimiento europeo, hoy pasa por ser una de las más afectadas de la eurozona. Los observadores políticos tanto en Dublín como en Bruselas temen que los irlandeses utilicen el referendo sobre el Tratado de Lisboa para castigar al Gobierno de Cowen, que ya pasa por ser el Ejecutivo más impopular de la reciente historia de Irlanda.