Chávez considera una amenaza las nuevas bases de Estados Unidos en Colombia y tensa las relaciones con Uribe

P. García Otero

INTERNACIONAL

22 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Por tercera vez en el último lustro, las relaciones entre Venezuela y Colombia entran en revisión tras la decisión de este último de permitir la instalación de cuatro nuevas bases de EE.?UU. en su territorio.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, fustigó el anuncio hecho por el comandante del Ejército del vecino país, Freddy Padilla, la semana pasada, y ratificado por el mandatario colombiano, Álvaro Uribe.

«Las tropas de EE.UU. son una amenaza. Colombia le abre las puertas a quienes preparan agresiones contra nosotros», indicó Chávez. «Ellos dicen que no son bases yanquis, sino colombianas, pero van a estar ahí permanentemente», señaló.

En otro momento advirtió que Estados Unidos y sus aliados en Colombia e Israel configuran «todo un cuadro de agresión contra Venezuela», que podría derivar en una guerra. Y dijo esta frase como ejemplo: «La llegada de soldados a Colombia, las acusaciones de que Chávez apoya al narcotráfico y las denuncias de Israel de que Venezuela ampara a terroristas del grupo chií libanés Hezbolá».

De las cuatro bases propuestas -que tienen como propósito combatir al narcotráfico, según Uribe-, dos están muy cerca del territorio venezolano. El jefe de Estado colombiano señaló que «se regirán por el principio de no intervención en terceros Estados». Y agregó que «el acuerdo es para recuperar el derecho de los colombianos a vivir tranquilos».

Bogotá es el aliado de Washington más cercano en Latinoamérica. El Gobierno de Uribe ha recibido, según cifras extraoficiales, unos 4.000 millones de euros en ayudas. Esta escalada de las tensiones entre Venezuela y Colombia tiene lugar cuatro meses después de que en Cartagena de Indias, Chávez y Uribe acercaran posturas, enfriadas tras la acción militar colombiana en Ecuador, que causó la muerte al número dos de las FARC, Raúl Reyes, en marzo del 2008.

Las relaciones entre Venezuela y Colombia ya estuvieron a punto de romperse en el 2004, cuando agentes colombianos secuestraron en Caracas al canciller de las FARC, Rodrigo Granda. Tras el operativo en el que fue abatido Reyes, Chávez ordenó movilizar diez batallones -unos 10.000 hombres- a la frontera con Colombia. Las tensiones bajaron debido a la presión internacional.

Las nuevas bases estadounidenses sustituyen a la de Manta (Ecuador), tras la orden del presidente Rafael Correa, aliado de Chávez, de expulsar a los norteamericanos. Correa es acusado de haber recibido financiación de las FARC.