El G-8 apuesta por la reducción del 80% del CO2 y muestra cautela ante la crisis

Fernando A. Busca

INTERNACIONAL

El calentamiento global fue el asunto más controvertido de la primera de las tres jornadas de la reunión.

08 jul 2009 . Actualizado a las 23:28 h.

La cumbre del G-8 comenzó hoy en la ciudad italiana de L'Aquila con la apuesta de las grandes potencias mundiales por una reducción en las emisiones de CO2 de al menos un 80 por ciento y con cierta cautela ante una situación económica aún «incierta».

Los líderes de las siete potencias económicas más Rusia y representantes de la Unión Europea (UE), se reunieron este miércoles en la ciudad italiana con la mirada puesta en el medioambiente y en la crisis económica, dos de los asuntos principales de esta cumbre que concluirá el viernes.

De hecho, el calentamiento global fue el asunto más controvertido de la primera de las tres jornadas de la cumbre, con India y China, en calidad de potencias emergentes, que no esconden su escepticismo ante las propuestas sobre medioambiente que ha llevado la Presidencia italiana del G-8 al encuentro.

Este escepticismo, que en un primer momento amenazó con hacer saltar cualquier tipo de acuerdo entre los países del G-8 y las llamadas potencias emergentes, fue dejado a un lado por el Grupo de los Ocho, que a última hora de la tarde divulgó su propia declaración que dista, en parte, de la postura china e india.

En ese texto, los líderes del G-8 confirman «su voluntad de compartir con los demás países el objetivo de alcanzar una reducción de al menos el 50% de las emisiones globales antes de 2050».

«En este ámbito, nosotros mantenemos incluso el objetivo de los países desarrollados de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 80% o más antes de 2050, comparado con 1990 o incluso años más recientes», reza la declaración.

Esta apuesta va contra la postura de China e India, que se niegan a aprobar ese 50% porque, dicen, los «grandes» no han cumplido sus compromisos de ayudas financieras y tecnológicas para dar el paso a las energías limpias, y todo ante la reunión que el G-8 mantendrá con las potencias emergentes mañana sobre este asunto.

En lo que sí hay acuerdo es en el techo de los dos grados centígrados de aumento de la temperatura media del planeta con respecto a la de la época preindustrial que apoyan tanto los líderes del G-8 como China e India.

La economía fue el otro gran tema de la jornada, con una crisis que presenta ya signos de estabilización, pero que aún da muestras de incertidumbre a los líderes de las siete potencias (EEUU, Japón, Canadá, Alemania, Italia, Francia y Reino Unido) más Rusia.

Por ello, el G-8 se compromete en su declaración final a «seguir trabajando juntos para recuperar la confianza y devolver el crecimiento a un sendero fuerte, verde, aglutinador y sostenible que incluya el refuerzo de los estándares de integridad y transparencia de la actividad económica».

«Un crecimiento estable y sostenido a largo plazo requerirá una salida suave de los desequilibrios existentes en las cuentas.

Reconocemos la importancia de trabajar juntos para asegurar los ajustes necesarios en línea con las estrategias acordadas a nivel multilateral», prosigue el texto, de 40 páginas.

El G-8, que no se olvida de los trabajadores en su declaración final, apuesta, en este sentido, por el mantenimiento de la demanda interna en los países más avanzados y un aumento de los niveles de ahorro en los Estados deficitarios.

«Nos comprometemos a afrontar la dimensión social de la crisis, poniendo en el centro a la persona. El impacto de la crisis sobre los mercados de trabajo puede minar la estabilidad social», reza el texto, en el que se aboga por el saneamiento del sistema financiero mediante la estabilización de los mercados y la normalización de las actividades bancarias.

Los líderes del G-8, entre ellos el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, en calidad de anfitrión, abordaron además la situación de los más pobres y reafirmaron su compromiso para «erradicar la pobreza, sobre todo en África», y mantener sus esfuerzos para alcanzar los Objetivos del Milenio.

Concluidas las reuniones de la primera jornada, en la que los líderes políticos pudieron comprobar en primera persona los estragos causados por el terremoto del pasado abril que causó 299 muertos en la zona, queda ahora mirar a mañana, cuando la cumbre se abre a más países, entre ellos las potencias emergentes (G-5), Brasil, México, Suráfrica, China e India.

El gran ausente será el presidente chino, Hu Jintao, quien decidió regresar a su país para hacer frente a la crisis étnica de la provincia de Xinjiang.