Una Alemania en plena recesión ensaya su giro hacia la derecha

Úrsula Moreno

INTERNACIONAL

Merkel ve más cerca poder sustituir a los socialdemócratas por los liberales como socios de Gobierno

24 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Alemania tiene nuevo presidente, que es el viejo. Horst Köhler seguirá siendo la conciencia política de un país que afronta tiempos difíciles, sumido en la peor recesión desde la posguerra. El que fuera presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI) a principios del milenio, y que ha ocupado el palacio de Bellevue durante los últimos cinco años, fue reelegido ayer para otro mandato. En plena celebración de los 60 años de su democracia y a falta de cuatro meses para que los alemanes acudan a las urnas para renovar su Parlamento, conservadores y liberales se frotan las manos augurando un triunfo similar en los comicios del 27 de septiembre.

La canciller y líder de los democristianos, Angela Merkel, no ha ocultado en ningún momento su deseo de cambiar de socio de coalición. Quiere sustituir a los socialdemócratas del SPD por los liberales del FDP, el partido que representa los intereses del empresariado y aliado tradicional de los conservadores durante los últimos sesenta años.

La Asamblea Federal, que se constituye cada cinco años con la única misión de elegir al presidente del país, confirmó al economista de 66 años Köhler en primera vuelta, gracias al respaldo de conservadores, liberales y la pequeña agrupación bávara Electores Libres. Estos últimos podían haber inclinado la balanza a favor de su contrincante, Gesine Schwan, candidata de verdes y socialdemócratas. Pero el debate puesto en marcha por la politóloga, en la que hacía una crítica diferenciada de la extinta Alemania comunista, le costó votos en sus propias filas.

Horst Köhler ha sido calificado unánimemente como un presidente «incómodo» porque le ha cantado las cuarenta al Gobierno de gran coalición -formado por conservadores y socialdemócratas- en más de una ocasión y tampoco se ha privado de tildar a los responsables del desastre financiero de «monstruos» cuando lo consideró necesario. Su preocupación por el este de Alemania -con el doble de parados que en el oeste- también le ha granjeado simpatías. Ahora pasará a la historia como el cuarto presidente alemán que repite mandato.

Su poder es puramente simbólico. Pero es un hecho que el favorito de Merkel se ha convertido en favorito de la nación. Un economista en tiempos de crisis. Sus palabras calan. Como las que pronunció la víspera, antes de ser reelegido por 613 votos a favor, ni uno más ni uno menos de los que necesitaba. Dijo Köhler que la crisis económica no solo comporta riesgos, sino también oportunidades: «Tenemos mucho trabajo por delante, pero lo lograremos».

La caída del PIB

Ayer reclamó mayor «democracia directa». Y se negó a pintar un cuadro apocalíptico, pese a que el Gobierno alemán pronostica una caída del PIB del 6% para este año y el desempleo pronto superará los 4 millones. Lo cierto es que Alemania se ha embarcado en la crisis mejor preparada que sus vecinos europeos. Con un patrimonio que asciende a 4,5 billones de euros, reservas de divisas y una población que no vive endeudada, Alemania sigue siendo un país rico.

Aunque tiene un millón de parados menos que hace cuatro años, el fantasma del desempleo está omnipresente. El desempleo ha aumentado durante los últimos meses -ahora se sitúa en un 8,6%- sin contar todos aquellos -cada vez más- que desempeñan trabajos precarios. La tijera entre ricos y pobres aumenta. El motor de la economía, las exportaciones, retroceden y la industria automotriz vive la peor crisis.

Incógnitas

Las incógnitas económicas marcarán por tanto los próximos meses en una Alemania, que ayer inauguró una carrera electoral que culmina el 27 de septiembre. A la vista de lo ocurrido hace cinco años -la elección de Köhler entonces no garantizó el triunfo de conservadores y liberales en las generales, un año después- la vista está puesta en los datos económicos durante los próximos meses. Marcarán la contienda electoral las cifras y el devenir de los socialdemócratas.

El SPD atraviesa uno de los peores momentos de su historia e intenta levantar cabeza ahora con el dúo formado por Frank-Walter Steinmeier, como candidato a canciller, y Franz Müntefering, en la presidencia.