Obama ofrece un nuevo capítulo de relaciones con Latinoamérica

Macarena Vidal

INTERNACIONAL

Chávez asegura que no tiene ni la menor duda de que existirá un acercamiento a Estados Unidos

19 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reiteró ayer su voluntad de una nueva colaboración con América Latina en una reunión en la que los gobernantes sudamericanos se lamentaron de políticas pasadas y que transcurrió «sin tensiones».

El encuentro, que se prolongó durante una hora y cuarto antes de las sesiones plenarias de la quinta Cumbre de las Américas en Trinidad, permitió un «intercambio franco de opiniones» en un clima «educado», según un alto funcionario estadounidense.

«Tengo mucho que aprender y muchas ganas de escuchar», afirmó Obama.

Una de las grandes incógnitas de la reunión era el tono de Chávez, el gran antagonista de la política exterior de EE.?UU. y que llegó a calificar a George W. Bush de diablo.

Pero Obama y Chávez intercambiaron palmadas en la espalda y apretón de manos. El venezolano declaró que su colega es «un hombre inteligente» y quiere convertirse en su «amigo». Respecto a un posible acercamiento entre sus países, el venezolano dijo: «No tengo la menor duda» de que existirá, y añadió: «Creo que hemos comenzado con buenos pasos». Pese a ello, indicó que no firmará la declaración final de la cumbre al estar en desacuerdo con la ausencia de Cuba. Preguntado sobre la posibilidad de una reunión bilateral con Chávez, Obama respondió: «Estamos logrando progresos».

Ambos ya se habían saludado con otro apretón de manos antes de la ceremonia inaugural de la Cumbre de las Américas el viernes. La intervención de Chávez en la reunión con Unasur (Unidad de Naciones Sudamericanas) fue «educada», según un alto funcionario estadounidense.

Términos de igualdad

No obstante, como hicieron otros líderes, criticó la política exterior previa de EE.?UU. antes de expresar su esperanza de un cambio con Obama. Este indicó que la cumbre no debe centrarse en debatir la historia, sino en «avanzar hacia el futuro», y reiteró su voluntad de mantener una nueva colaboración en términos de igualdad con la región. Y añadió que otros países también deben reconocer el pasado y evitar la «tentación fácil» de culpar a EE.?UU. de todos los males.

La reunión, en la que se abordaron cuestiones económicas, energéticas y de inmigración, tuvo entre sus asuntos principales la situación de Cuba.

Varios líderes exhortaron a Obama a normalizar las relaciones con la isla. Este reiteró la posición expuesta en su discurso inaugural: que EE.UU. busca un «nuevo comienzo» en su relación con Cuba, pero ese cambio no ocurrirá de la noche a la mañana. Está dispuesto, explicó, a mantener un diálogo sobre un amplio abanico de temas, pero no a «hablar por hablar».

A los líderes del Unasur, Obama reiteró ayer su buena voluntad. «Nosotros le dijimos que es necesario integrar a Cuba en estas cumbres. El quedó en estudiar los planteamientos», explicó el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez. Los asistentes calificaron el encuentro de excelente por estar basado en el respeto muto. «La visión de EE.?UU. hacia América Latina está cambiando», concluyó el canciller brasileño, Celso Amorim. El presidente Lula da Silva recomendó a Obama que envíe a la secretaria de Estado a Venezuela y a Bolivia para mejorar las relaciones.