«La mayoría de los libaneses viven con lo justo y a pesar de ello siempre te regalan una sonrisa al pasar»

N.?S.

INTERNACIONAL

15 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El casco azul de González asoma por la parte trasera de su BMR (blindado medio de ruedas). El fusilero gallego protege la parte trasera y el lateral del acorazado. A sus 24 años, Ignacio González cumplió el pasado 17 de diciembre su sueño: salir de misión al extranjero. Un reto que ha cambiado para siempre su vida. Su madre es de Nayarit y su padre de Celanova. Nacido en Ourense, vivió quince años en Vigo. A los 18 intentó entrar en el Ejército, pero no lo logró. Tras dos años trabajando como instalador de calefacciones en Vigo, lo volvió a intentar y esta vez con éxito. Desde la posición 2-48 de Ghayar, a escasos metros de los puestos de vigilancia israelíes, cuenta su experiencia.

-¿Cómo reaccionaron sus padres al saber que su único hijo se iba al sur del Líbano?

-Lo primero fue llevarse las manos a la cabeza. Pero una vez que entendieron que esto es lo que me gusta y lo que quiero hacer, lo aceptaron. Pero siempre existe el miedo a lo desconocido.

-Seis españoles fueron asesinados hace poco más de un año. ¿Siente miedo?

-No, en absoluto. No se puede vivir con miedo porque no nos levantaríamos de la cama. Los primeros días estaba más alerta por pequeñas acciones que ahora ni percibo, como que se acerque un niño a darme algo. Pero la población nos recibe estupendamente, por lo que no tenemos sensación de peligro sino todo lo contrario.

-¿Qué es lo más duro?

-Es muy duro y sacrificado, pero también gratificante. Hay que estar disponible las 24 horas y las tareas de patrulla son agotadoras. También es duro convivir a todas horas con los compañeros. Si te levantas enfadado con el mundo, pues tienes que aguantar. Lo que aprendes aquí no te lo da ninguna academia. Mientras un compañero te guarda la espalda, tú se la guardas a él. Aprendes a confiar plenamente en ellos.

-¿Qué ha aprendido de este país?, ¿repetiría?

-Sin dudarlo. En esta zona del Líbano, quitando algunos pueblos que están bien, la mayoría de los libaneses viven con lo justo y a pesar de ello siempre te regalan una sonrisa al pasar. Es increíble. Y eso me hace reflexionar. Yo que siempre me quejaba por todo, todos los días? te hace replantearte muchas cosas.

-¿Qué es lo que más echa de menos de España?

-Mi familia, mi novia y mi tierra. Y la comida, claro. Hablo con ellos casi a diario, pero se echan de menos. Y la tierra también.

-¿Cómo cree que ha contribuido a estabilizar la situación en el sur del Líbano?

-Yo solo pongo mi granito de arena con mi trabajo, y todos juntos intentamos mejorar la situación de la gente, dar seguridad. Eso sí, he arrancado muchas sonrisas en los pueblos.

-¿Qué será lo primero que haga al regresar a España?

-Ir a Vigo a ver a la familia.