Decenas de camiones esperaban en Rafah para hacer llegar la ayuda a la población

Natalia Sancha

INTERNACIONAL

05 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El paso de Rafah, frontera de Egipto con Gaza y única válvula de escape para los palestinos, permaneció cerrado ayer hasta las cuatro de la tarde. Un avión de reconocimiento israelí sobrevolaba en círculos la ciudad de Rafah, dividida entre territorio egipcio y palestino.

A mediodía, un F16, lanzó varias bombas y, tres horas más tarde, otra dejaba una negra columna de humo tras el estruendo. Khairi Ali Mohamed es miembro de Hamás y vecino del edificio que acaba de recibir el impacto, en el que murieron cinco personas. «Nos quieren asustar, bombardean hasta en el mar. Estamos sin comida ni electricidad, la única luz que vemos son la de los impactos de las bombas y en Rafah no recibimos ni un tercio de las que lanzan sobre el resto de Gaza. Necesitamos la frontera egipcia abierta, es la única posibilidad de recibir alimentos y ayuda y hacer salir a los heridos. Pero los egipcios la han cerrado desde el viernes», comenta en una conversación telefónica. En el lado egipcio, la policía dice que son los palestinos quienes han cerrado el paso por temor al bombardeo, algo que Khairi niega.

Túneles subterráneos

Decenas de camiones se apilan en el paso de Rafah para poder hacer pasar la ayuda enviada desde todo el mundo árabe y desde Rusia. Pero la frontera no es el único camino. Algunos de los túneles subterráneos que unen la parte de Rafah egipcia con la parte palestina han sobrevivido. Su longitud varia desde los 450 a los 1.200 metros. Mohamed, habitante de la zona egipcia, asegura que la casa de su vecino da a un túnel y que varios médicos y miembros de los Hermanos Musulmanes entraron en Gaza a través de él llevando consigo medicamentos.