Desbaratan un complot neonazi para asesinar a Obama en Misisipi

Tatiana López

INTERNACIONAL

McCain intenta revertir las encuestas en el bastión republicano insistiendo en la inexperiencia de su rival

28 oct 2008 . Actualizado a las 14:52 h.

Las autoridades federales estadounidenses anunciaron anoche que han desbaratado un complot de dos grupos neonazis para asesinar a Barack Obama en Misisipi. El plan también incluía el asesinato de 102 personas de raza negra -a tiros a 88 y decapitados a otros 14, cifras simbólicas en los grupos de supremacía blanca-, en una escuela en el estado de Tennessee.

Mientras, el estado clave de Ohio se convirtió ayer en el ring de uno de los últimos asaltos entre Obama y John McCain, a ocho días de saber cuál de los dos se sentará en el Despacho Oval. En un discurso a la medida de un candidato con aura de mesías, y cuyo nombre pasará a la historia como el del primer afroamericano en competir por la Casa Blanca, el aspirante demócrata lanzó al país su alegato final tras más de veintiún meses de campaña electoral. «¡Una semana! [...] estamos a una semana de cambiar EE.?UU.», gritó a sus seguidores en la ciudad industrial de Canton .

Un mensaje alejado de los ataques bipartidistas de los últimos días y en los que el senador por Illinois prefirió apelar a la responsabilidad histórica de unos votantes que, según dijo, el 4 de noviembre tienen en sus manos la posibilidad de pasar página a ocho años de políticas fallidas. «En una semana tendréis la oportunidad de acabar con aquellos que dividen a las ciudades contra pueblos, a los republicanos contra los demócratas y que nos preguntan por miedo cuando lo que necesitamos es esperanza», proclamó a la audiencia.

Aunque en estos momentos lidera las encuestas, Obama advirtió a sus seguidores que «aún queda mucho trabajo por hacer» y que lo importante no es solo ganar las elecciones, sino que el país recupere el sentido de trascendencia y solidaridad perdido en los últimos tiempos. «Puede que John McCain esté preocupado por perder las elecciones, pero en estos momentos muchos estadounidenses están preocupados por perder sus casas y sus empleos», aseguró en uno de los pocos ataques directos a su rival, a quien volvió a definir como «un gran héroe de guerra», pero también un «aliado de Bush».

Recordando sus inicios en la aventura presidencial, Obama señaló: «Sabíamos lo empinada que iba a ser la subida, pero también creíamos que EE.?UU. estaba hambriento de nuevas ideas y de nuevos líderes que rompieran con los salvajes ataques del pasado».

En defensa de un bastión

En Cleveland, la ciudad más grande de Ohio, John McCain intentaba mientras revertir las encuestas que ponen en manos demócratas a este bastión republicano. Acompañado por su antiguo rival Mitt Romney, el héroe de guerra volvió a cargar las tintas contra su rival al desmenuzar su plan económico. «La gran diferencia entre el plan de Obama y el mío son millones de puestos de trabajo nuevos que yo crearé y él no», aseguró. Su discurso incidió de nuevo en el peligro que supondrá para el país dejar su futuro en manos de un político inexperto como Obama en contraposición a su «más que demostrada capacidad para actuar en cualquier crisis».

Pero no solo el demócrata se convirtió en la diana de las críticas de McCain. El lastre del actual presidente parece pesarle cada día más. «Por supuesto que no coincido con las políticas económicas de Bush», dijo.