La joven polaca Alicja, de 21 años, cuyo padre la secuestró y luego violó sistemáticamente durante los últimos seis años, denunció ayer en una entrevista, publicada por el diario Fakt, que fue tratada como una esclava por su progenitor y que en todo momento se sintió «como un pedazo de carne».
Todo comenzó cuando el padre entró en el dormitorio de su hija «para escuchar música», según las palabras del propio violador.
«Al principio pensé que era una broma, una tontería de mi padre. Pero luego me hizo daño: me ató, me apretó el cuerpo mientras, con la otra mano, me arrancaba las bragas», recordaba Alicja, la joven que, durante seis años, vivió «en el infierno», como ella describió.
«Él me decía que tenía derechos sobre mí y me amenazaba con matar a mi madre y a mi hermano pequeño si no me dejaba hacer», aseguró Alicja. «Mi madre me decía que nos escaparíamos, que se divorciaría, que todo iría bien, que saldríamos adelante solas, aunque papá era demasiado fuerte y no lo permitió nunca», explicó.
La muchacha declaró que, antes de lo ocurrido, «era una chica feliz, con sueños, con ilusiones, como cualquier adolescente. Quería continuar mis estudios y, un día, salir del campo».
Oportunidad de escapar
La joven afirmó también que pudo abandonar en algunas ocasiones el cautiverio. En concreto, tuvo dos oportunidades: las dos veces que fue llevada a un hospital público para dar a luz a sus dos pequeños, aunque siempre se hallaba bajo la estrecha vigilancia de su padre.