Los laboristas conspiran para desbancar a Brown

Joaquín Rábago

INTERNACIONAL

05 ago 2008 . Actualizado a las 09:31 h.

Estas deben ser sin duda las vacaciones más amargas de Gordon Brown. Aprovechando el descanso veraniego del primer ministro, varias figuras del Partido Laborista conspiran entre bastidores para acelerar su remoción. Para un hombre con fama de suspicaz y afán desmedido de control, las maniobras que, de creer a diversos medios de comunicación, tienen lugar a sus espaldas, deben de constituir la máxima humillación.

El artículo que publicó la semana pasada el titular de Exteriores, David Miliband, en el diario The Guardian hablando de la necesidad de un giro radical del partido si quiere ganar un cuarto mandato electoral, era solo el pistoletazo de salida. Ahora, según la BBC y el diario The Times , varios ex ministros y ex altos cargos laboristas preparan una serie de declaraciones políticas en las que expondrán su agenda para resucitar al alicaído laborismo, una situación de la que acusan a Gordon Brown.

Al igual que Miliband, se cita a los ex ministros del Interior y de Transportes, Charles Clarke y Stephen Byers, los que aquí se conocen como blairistas, es decir, incondicionales del ex primer ministro Tony Blair. Byers ha lanzado un ataque en toda regla contra Brown, poniendo en tela de juicio su capacidad de liderazgo y sus posibilidades de ganar las próximas elecciones generales, que deben celebrarse como muy tarde en el 2010.

Blair apoya los ataques

Además, este fin de semana se publicó un informe atribuido a Blair en el que este acusaba a su sucesor de «confundir de modo lamentable táctica y estratégicamente» y de haber «tirado a la basura la agenda política» que heredó de él, «sin tener nada con que sustituirla». Personas próximas a Blair dijeron a The Times que dicho informe tal vez no lo hubiese escrito el ex primer ministro de su puño y letra, pero que en cualquier caso reflejaba al cien por cien lo que piensa Blair del hombre que en su día conspiró para forzar su dimisión.

Algunos diputados laboristas han pedido a quienes quieren deshacerse cuanto antes de un político del que creen que los lleva al desastre, que se dejen de conjuras y presenten a cara descubierta sus candidaturas para el congreso de septiembre. Entre ellos está John McDonnell, el único laborista que se atrevió, aunque sin éxito, a desafiar a Brown tras la retirada de Blair, y que se dice dispuesto a presentarse otra vez. McDonnell acusa a los blairistas de promover descaradamente la candidatura de David Miliband, con «los mismos elogios que utilizaron en su día para ensalzar a Blair y luego a Brown».

Ante el complot para forzar su dimisión, Brown reaccionó ayer convocando una sesión extraordinaria de su Gabinete para el 8 de septiembre.