La ministra Tzipi Livni afianza su posición para suceder a Olmert

Alberto Masegosa

INTERNACIONAL

02 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, sufrió ayer su cuarto interrogatorio por el caso de corrupción que lo ha obligado a anunciar su dimisión, mientras la titular de Exteriores, Tzipi Livni, se afianza para relevarlo al frente del Gobierno.

Poco antes de que la policía sometiera, durante tres horas y en su propia casa, a Olmert a más preguntas sobre las sospechas de cohecho que le costarán el puesto, los sondeos situaban a Livni como la favorita para sustituirlo, incluso si se adelantan las elecciones generales.

El aún jefe de Gobierno podría volver a ser interrogado en las próximas semanas, antes de que se proceda a formalizar cargos contra él. Se trataría del quinto interrogatorio en el particular calvario de Olmert, acusado por testigos de duplicar facturas y recibir miles de dólares del empresario norteamericano Moris Talansky cuando era ministro y alcalde de Jerusalén, en los años noventa.

Tras meses de negar su culpabilidad y resistirse a las presiones de la oposición, las formaciones de la mayoría gubernamental y su propio partido, el Kadima, Olmert anunció el miércoles su dimisión, sin dejar de proclamar su inocencia.

El primer ministro afirmó que abandonará el cargo después de que el partido elija un nuevo líder en las elecciones primarias que el Kadima celebrará el próximo 17 de septiembre. El nuevo líder sustituirá a Olmert al frente del Ejecutivo, incluso en el supuesto caso de que lograse mantener la actual mayoría gubernamental.

Esta posibilidad suscitó el rechazo de Benjamin Netanyahu, líder del primer partido de la oposición, el conservador Likud, que hasta esta misma semana encabezaba las intenciones de voto en las encuestas, y exigió la convocatoria anticipada de elecciones generales.

Por su parte, el jefe de gabinete de Olmert, Yoram Turbowicz, presentó ayer su dimisión, aunque seguirá siendo consejero diplomático del jefe del Gobierno y como tal se encargará de las negociaciones indirectas con Siria, según un comunicado de la Presidencia.

La renuncia del primer ministro israelí compromete aún más las posibilidades, ya de por si débiles, de lograr un acuerdo con los palestinos y acabar con la eterna enemistad con Siria, alejando así el sueño de la paz para todo Oriente Medio.