Los Servicios de inteligencia de Serbia detienen a Radovan Karadzic

EFE

INTERNACIONAL

El ex líder serbobosnio y presunto criminal de guerra llevaba más de 12 años en busca y captura por la Justicia internacional.

22 jul 2008 . Actualizado a las 13:21 h.

El ex líder serbobosnio y presunto criminal de guerra Radovan Karadzic fue detenido hoy por los servicios de inteligencia de Serbia, tras más de 12 años en busca y captura por la Justicia internacional.

Karadzic fue conducido ante el juez de instrucción de la sala de Crímenes de Guerra del Tribunal del Belgrado, para ser interrogado esta misma noche, según anunció el magistrado Milan Dilpari a la emisora de radio B-92.

Según comunicaron esta noche las autoridades de Belgrado, el ex presidente de la República serbobosnia durante la guerra de Bosnia (1992-1995), fue arrestado en una operación de los servicios de inteligencia serbios.

El Consejo de Seguridad serbio, que informó del arresto en un escueto comunicado, es un cuerpo de coordinación de las estructuras de seguridad y espionaje civiles y militares, considerado crucial para la localización y la captura de los fugitivos de guerra.

Aunque no se precisó dónde se llevó a cabo la captura, algunos medios aseguran que fue en Serbia, y las autoridades anunciaron más detalles para la mañana del martes.

El Ministerio del Interior serbio informó de que no ha participado en la detención de Karadzic.

La detención se produce pocos días después del relevo en la dirección de los servicios de información serbios, tras la elección del nuevo Gobierno serbio pro europeo.

El arresto de Karadzic ha sido una sorpresa en Serbia, ya que desde hace años las autoridades se centraban en la búsqueda del ex comandante militar serbobosnio Ratko Mladic, que supuestamente se esconde en este país y cuyo arresto ha sido la principal reclamación internacional a Belgrado.

Desde que en julio de 1996 se retiró de la política, Karadzic se ocultaba de la orden de captura y los intentos por localizarle de las fuerzas multinacionales y serbobosnias.

Se ha especulado que el presunto criminal se escondía en el triángulo montañoso entre Bosnia y Serbia y Montenegro, pero también se ha conjeturado con que Radazic estaba acogido en algún santuario ortodoxo aislado.

Incluso muchos serbios creían que Karadzic se escondía en el extranjero y que gozaba de protección de algunas de las grandes potencias.

El ex líder político serbobosnio, de 63 años, está inculpado por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) de genocidio y graves crímenes de guerra cometidos durante el asedio de Sarajevo, en el que fallecieron miles de personas.

En el inicial pliego de acusaciones contra Karadzic, y su comandante militar, Ratko Mladic, esta corte creada por la ONU establece que los dos dirigentes «son responsables criminales de la detención ilegal, el asesinato, la violación, la agresión sexual, la tortura, el maltrato, el robo y el trato inhumano de civiles».

Karadzic, de 63 años, está acusado de genocidio en relación a la matanza de hasta 8.000 varones musulmanes de Srebrenica en julio de 1995, cuando las tropas serbobosnias conquistaron ese enclave oriental bosnio, entonces protegido por la ONU.

Se le inculpa también de crímenes de guerra por utilizar a 284 soldados de las fuerzas de la ONU (UNPROFOR) como escudo humano cuando el ejército serbobosnio temía, en mayo y junio de 1995, la intervención de la OTAN contra sus posiciones.

La captura y extradición de los inculpados por el TPIY es la condición crucial planteada a Serbia en su proceso de acercamiento a la Unión Europea (UE).

El TPIY, con sede en La Haya, presentó contra Karadzic dos acusaciones: la primera en julio de 1995 y la segunda en noviembre de ese mismo año, por lo que no figuraba en la delegación serbia en Dayton (EEUU) cuando fue suscrito el acuerdo de paz que puso fin a la contienda.

Las fuerzas internacionales en Bosnia han llevado a cabo en numerosas ocasiones operaciones de registro de casas de supuestos miembros de una red de apoyo a Karadzic y otros acusados de crímenes de guerra por el TPIY.

Su esposa, Ljiljana Zelen-Karadzic, hizo en varias ocasiones un llamamiento público para que se entregara voluntariamente al alegar presiones sobre su familia.

Karadzic es todavía considerado por los sectores ultranacionalistas como un héroe nacional, y el alto cargo del Partido Radical Serbio (SRS), Aleksandar Vucic, calificó su arresto como un acto «horrible para Serbia».

Según los medios locales, en algunos puntos del centro de Belgrado hay presencia aumentada de la policía, posiblemente para prevenir eventuales muestras públicas de descontento.

En los últimos años, unos editores privados han publicado en Serbia una obra de teatro, una novela y dos libros de poesías supuestamente escritas por Karadzic mientras se escondía, además de cuatro recopilaciones de sus cartas, órdenes de la guerra y otros documentos.

Karadzic, psiquiatra de profesión, también se dedicada a escribir poesías e incluso era miembro de la Asociación de Escritores de Bosnia.

Varios partidos políticos serbios indicaron en unas primeras reacciones a la captura de Karadzic que la cooperación con el TPIY es un compromiso internacional de Serbia que debe ser cumplido, pero pidieron a la vez que esa corte también castigue los crímenes cometidos contra serbios durante las guerras en la ex Yugoslavia de la década pasada.

Todavía hay dos personas que el TPIY reclama a Serbia, el ex líder militar serbobosnio Ratko Mladic, y el antiguo líder de los serbios de Croacia, Goran Hadzic.