El Gobierno argentino da marcha atrás y deroga el polémico decreto sobre los impuestos agrícolas

Agustín Bottinelli

INTERNACIONAL

19 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

A un día y medio de la derrota en el Senado, y con fuertes críticas a los productores rurales y a los legisladores, la presidenta argentina, Cristina Fernández, firmó ayer por la tarde el decreto que da marcha atrás a la resolución 125, lo que anula las retenciones móviles a las exportaciones de soja que habían sido fijadas el 11 de marzo y que produjo la mayor crisis política del país, que duró 130 días.

Con la anulación del incremento de los impuestos, el Gobierno recupera las resoluciones 368 y 369 de noviembre del año pasado, que fijaban en un 35 % fijo el pago de los derechos de exportación de soja. En realidad, Cristina Kirchner retrotrae la situación al día previo al inicio del conflicto.

El anuncio fue realizado por el ministro de Economía, Carlos Fernández, y por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aunque solo tomó la palabra este último y se limitó a la lectura de la norma.

Los fundamentos del decreto forman casi un resumen de los argumentos y las quejas del Gobierno para los productores agrarios y legisladores en los últimos días, e insiste en la «repercusión del crecimiento de los precios internacionales de los alimentos». Y asegura que esto «aleja a los sectores populares de la posibilidad de adquirirlos».

Con esta norma queda atrás el esquema fiscal que desencadenó el virulento conflicto que desde hace más de cuatro meses convulsiona al país, y que incluyó masivos actos y contraactos, carpas en el Congreso, una fractura de hecho en el oficialismo, paros agrarios y numerosos cortes de ruta. Ahora se abre el interrogante acerca de qué tipo de consenso se podrá construir, tras semejante desgaste. Los productores agrarios celebraron la medida y anunciaron el fin del conflicto con el Gobierno.

Antes del final

Después de la derrota del Gobierno en el Senado, a manos de sus propios legisladores y con el voto en contra del mismo vicepresidente Julio Cobos para deshacer el empate obtenido, la presidenta, Cristina Fernández, le lanzó unos dardos al inaugurar un aeropuerto en el norte del país: «Me han acompañado otros que pertenecen a otros partidos, y han defeccionado algunos que pertenecen al nuestro», señaló.

Poco después, mencionó a «los que tal vez no hayan entendido lo que le habíamos dicho a la gente allá por octubre. Alguna vez entenderán», finalizó, con una sonrisa irónica.

El vicepresidente Julio Cobos, que había viajado a Mendoza, su provincia natal, donde fue recibido como un héroe, respondió a la apreciación de la presidenta: «No creo que el término desleal haya sido hacia la figura del vicepresidente». «No me pueden pedir la renuncia y, si lo hacen, producen un serio daño a la democracia. No voy a renunciar», agregó El ex miembro del Partido Radical aseguró que no tiene «ninguna proyección política» para las elecciones del 2011, aunque no cerró las puertas del todo: «El futuro dirá».