Jacob Zuma convulsiona Sudáfrica

INTERNACIONAL

El ascenso a la jefatura del Congreso Nacional Africano de este populista zulú, que será juzgado por corrupción, alegra a los pobres y causa el temor de los sectores moderados

14 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Popular y populista, a la espera de ser juzgado por corrupción, absuelto de un delito de violación, polígamo con 19 hijos reconocidos, izquierdista, carismático, sin estudios, le gusta vestirse con pieles de leopardo, lanza en ristre, bailar y entonar su himno guerrillero, cuya estrofa principal dice «tráeme mi metralleta». Así es Jacob Gedleyihlekisa Zuma, Camarada JZ, el nuevo hombre fuerte de Sudáfrica.

Este zulú que cuenta con el apoyo de los parados, los menos educados y los desfavorecidos, de los sindicatos y el Partido Comunista, logró convertirse en presidente del Congreso Nacional Africano (ANC) a finales de diciembre. Su victoria apabullante sobre el presidente Thabo Mbeki, un intelectual formado en universidades extranjeras, culto, moderno, bien vestido, pero autoritario, arrogante, distante del pueblo y descalificado como liberal por sus enemigos, significa que será su sucesor en el 2009 tras el seguro triunfo electoral del ANC. Siempre y cuando, claro está, no vaya a la cárcel.

Líderes opuestos

Los dos líderes no pueden ser más diferentes. Mbeki es el favorito de las clases medias y los empresarios, un seguro para la economía, que crece desde que está en el poder; Zuma se ha construido una imagen de paladín de los pobres, de los millones de ciudadanos negros que no se han beneficiado económicamente del final del apartheid hace 13 años. Pobreza, delincuencia y sida son las tres lacras que golpean aún a Sudáfrica. Zuma pertenece a la tribu zulú, que cuenta con 11 millones de personas, mientras el ANC ha estado dominado por los xhosa, como Mandela y Mbeki.

El ascenso del inquietante Zuma, un líder bajo sospecha y cuyo estilo recuerda a algunos al del dictador de Zimbabue, Robert Mugabe, ha causado alarma en ciertos sectores del país y en el extranjero. Sus detractores temen que Sudáfrica, un país considerado como modélico por su tránsito del apartheid a la democracia y motor económico del África subsahariana pueda desestabilizarse. Los inversores tienen miedo, los agricultores y propietarios blancos, pavor a ser expropiados. De momento hay por delante 17 meses de difícil cohabitación con su correligionario y rival Mbeki.

Nacido en Inkandia, en la provincia de Kwazulu Natal, hijo de una criada y un agente de policía, tras la muerte de su padre en la Segunda Guerra Mundial, Zuma se trasladó con su madre a Durban, donde se empleó como trabajador doméstico. No recibió instrucción escolar y se hizo militante del ANC cuando tenía tan solo 16 años. Cuatro años después se integró en su brazo armado, Umkhonto we Sizme ('La lanza de la nación'), creado en 1961, que llegó a dirigir.

Detenido en 1963, fue condenado a 10 años por conspirar para derrocar al poder blanco. Al igual que Nelson Mandela, estuvo encarcelado en la prisión de máxima seguridad de Robben Island. Tras pasar en prisión de los 21 a los 31 años se dedicó a restablecer las estructuras del ANC en su provincia y luego marchó al exilio.

Al finalizar el apartheid, fue escalando posiciones hasta ser nombrado vicepresidente de Sudáfrica por Mbeki en 1999. Este le confirmó en el cargo después de repetir victoria electoral en el 2004, pero le destituyó en junio del 2005 tras verse salpicado por un escándalo de corrupción por el que fue condenado a 15 años su asesor financiero, el empresario Schabir Shaik.

En mayo del 2006 su carrera política estuvo a punto de finalizar. Fue juzgado y declarado inocente de violar a una mujer de 31 años que era amiga de la familia, pues el tribunal consideró que había sido un acto sexual consensuada. Pero cometió un inmenso error al decir que había mantenido la relación con una mujer infectada de sida sin usar preservativo, pero que se había duchado después para reducir el riesgo de contagio. Zuma fue caricaturizado con una ducha fija en la cabeza y sus declaraciones y el hecho de que no usara condón causaron indignación en un país con el mayor número de infectados de sida, el 11% de la población.

Será juzgado en agosto

Sobre Zuma pende todavía un juicio por corrupción en el proceso de adjudicación de un multimillonario contrato de compra de material bélico al grupo francés Thomson-Thales. El entonces vicepresidente habría exigido 1,2 millones de rands (el equivalente a 600.000 dólares) a dicha empresa para asegurarle que no sería investigada por los sobornos que había pagado previamente para conseguir contratos del Gobierno. El caso acabó con la condena de Skaik, pero Zuma salió malparado, ya que el juez dijo que mantenía con él una relación «generalmente corrupta». En septiembre del 2006 un juez rechazó una demanda por corrupción y fraude contra el propio Zuma, pero solo por cuestiones técnicas. La Fiscalía General anunció hace unos días que llevará a juicio al líder del ANC, acusado de doce cargos: uno de crimen organizado, otro de lavado de dinero, dos de corrupción y 12 de fraude. El proceso se celebrará el 4 de agosto.

La respuesta de la dirección del partido gobernante desde 1994, integrado en su mayoría pos sus fieles ha sido dar todo su apoyo a Zuma como candidato presidencial en el 2009.