Un cóctel molotov causa destrozos en el Tribunal de Justicia de la separatista ciudad de Santa Cruz
16 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.Las cuatro regiones más ricas de Bolivia pusieron ayer en marcha sus procesos de autonomía, otorgándose facultades ejecutivas y legislativas, mientras el presidente Evo Morales celebraba con un multitudinario desfile la presentación del proyecto de Constitución que él impulsa para «refundar» el país. La rica y agroindustrial Santa Cruz (este), la gasífera Tarija (sur), la ganadera Beni (noreste) y la forestal Pando (norte) -que concentran el 67% del producto interno bruto (PIB) boliviano- presentaron a la población sus respectivos estatutos, primer eslabón del proceso autonómico, al margen del proyecto constitucional impulsado por el Gobierno. Los cuatro departamentos, cuyos prefectos (gobernadores) y líderes civiles son recalcitrantes opositores a Morales, pretenden alejarse del control administrativo y financiero que se ejerce desde La Paz, un paso que el presidente calificó como una acción «divisionista». La tensión llevó a Evo Morales a colocar al Ejército en estado de alerta y advertir que los militares defenderán la integridad territorial boliviana. Fiesta en Santa Cruz Miles de banderas verdiblanco, colores regionales de Santa Cruz, inundaron las calles de esta ciudad para celebrar su estatuto autonómico, mientras en el área rural regional cientos de campesinos leales al presidente del país cortaban las rutas en señal de protesta. La fiesta se vio perturbada por una explosivo en uno de los pisos del Tribunal de Justicia de Santa Cruz, que causó daños en una sala de audiencias. Según testimonios recogidos por los medios, al parecer se trató de un cóctel molotov, cuyo estallido generó alarma y obligó a desalojar el edificio. Mientras, en La Paz Evo Morales presidía el desfile de apoyo a su proyecto constitucional, en el que participaron sus leales y miembros de las Fuerzas Armadas y de la policía. Antes, durante la noche del viernes (madrugada en España), la Asamblea Constituyente había entregado al Congreso, en una sesión a la que asistieron solo asambleístas del oficialismo, el proyecto de nueva Carta Magna.