La cofradía de O Grove detecta una docena de vertidos en el municipio

La Voz R.E. | VILAGARCÍA

AROUSA

Los desagües de aguas negras se extienden a lo largo de toda la costa meca Medio Ambiente habla de la existencia de hasta setenta puntos negros en la ensenada

15 jun 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

?a canalización de una tubería en la playa de Confín ha reabierto una herida por la que sangra la Cofradía de O Grove: la proliferación de vertidos contaminantes. Hace años que el pósito denuncia la existencia de aliviaderos de aguas negras en sus zonas de influencia. Algunos son responsabilidad de otros ayuntamientos, porque las concesiones de los grovenses se extienden hasta Sanxenxo y Cambados. Pero al menos una docena de esos puntos contaminantes caen dentro de los límites territoriales del municipio de O Grove. La isla de A Toxa es uno de los enclaves en los que se concentra un mayor número de estos desagües. En una de las mecas del turismo gallego, el pósito tiene contabilizadas tres zonas negras. En San Marcos (A Graña) se sitúan otras dos, y el mismo número se ha detectado en A Vía. La lista se completa con los vertidos en Lordelo, Terra de Porto y en el propio puerto. La solución a todos esos vertidos fue anunciada en reiteradas ocasiones. Pero las promesas se han convertido en papel mojado por obra y gracia de las aguas que siguen saliendo al mar sin depurar. Esa circunstancia produce un profundo malestar entre los socios de la cofradía, que consideran que el Concello ejecuta obras de regeneración que se quedan en una pura operación estética. Ponen como ejemplo emblemático el paseo de Lordelo, Terra de Porto y Rons: la zona parece haber ganado enteros, pero los vertidos que se producían antes de la regeneración siguen produciéndose ahora. Y el entorno sigue siendo degradado por canalizaciones de las que salen todo tipo de contaminantes. Hasta setenta La lucha de la cofradía grovense contra los vertidos no es nueva: llevan años exigiendo que se corrijan las deficiencias del saneamiento, y en el 2002 llegó a plantearse la posibilidad de iniciar una campaña de movilizaciones para exigir unas soluciones que no acababan de llegar. Y que, al parecer, aún no han hecho acto de presencia. Hace unos meses, los representantes de la cofradía trasladaron al delegado de Medio Ambiente su preocupación por la proliferación de vertidos. Francisco Froján volvió pocas semanas después a tierras mecas para entrevistarse con el Colectivo Ecoloxista do Salnés. Y llegó con malas noticias: en la ensenada Umia-O Grove, la consellería había detectado hasta setenta puntos de vertido, tanto de fecales como procedentes de industrias. El pósito meco teme que ese número se pueda incrementar ahora, tras el bum urbanístico que se ha registrado en la zona de A Revolta, perteneciente al Concello de Sanxenxo.