Alexander Blachly: «Mi corazonada es que el Códice Calixtino ha sido secuestrado»

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

LUGO

15 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Con casi 30 años al frente del conjunto Pomerium, especializado en el repertorio vocal del Renacimiento, Alexander Blachly es uno de los nombres más reconocidos en el ámbito de la música antigua, no solo como intérprete, sino como musicólogo que ha desarrollado una larga trayectoria docente e investigadora en universidades como la de Columbia o Nueva York. Blachly ha estudiado con detalle el Códice Calixtino y en 1991 participó en un simposio que se celebró en Santiago en torno al pórtico de la Gloria y sus instrumentos.

-¿Pudo ver el códice?

-Tuve el gran privilegio de visitar el archivo de la catedral y examinar en persona el Calixtinus, pasar sus páginas y maravillarme de su increíble estado de conservación. Parecía como si lo hubiesen copiado la semana anterior. El pergamino tenía una tonalidad pálida y las tintas negra, roja, verde, amarillo y azul no habían perdido brillo. Poder verlo fue una de las experiencias más emocionantes de mi vida, que me transportó literalmente al siglo XII, con mayor fuerza que las catedrales, porque que el códice haya sobrevivido en perfectas condiciones ocho siglos y medio no deja de ser casi milagroso.

-¿Cómo definiría su importancia en el ámbito musical?

-El Codex tiene una gran importancia como testimonio de los primeros intentos de escribir música polifónica en la tradición occidental. Solo la llamada polifonía de San Marcial, en torno a 1100, es anterior. Mi percepción es que el Calixtinus probablemente se copió alrededor de 1170, al mismo tiempo que el maestro Mateo tallaba las figuras del pórtico de la Gloria, incluyendo los 24 ancianos con sus instrumentos. Las partes musicales del Calixtinus son virtualmente contemporáneas de los arreglos de organum del primer maestro conocido de la polifonía occidental, Léonin, que compuso la colección Magnus liber organi para la catedral de Notre Dame en París. La música del Calixtinus, que no ha sobrevivido en ninguna otra fuente, es un valiosísimo legado del nacimiento de la polifonía occidental.

-¿Qué se siente al interpretar las piezas que contiene?

-En 1991 transcribí veinte piezas polifónicas del Codex e interpreté varias en el simposio. Posteriormente he interpretado algunas de ellas en varios conciertos, aunque no con Pomerium, que rara vez canta música anterior al siglo XV. Como la notación de la polifonía del Calixtinus es ambigua en lo que respecta al ritmo, uno nunca puede estar seguro de que una transcripción es fiel al original. Aun así, las piezas son asombrosas, bien cantadas con compás binario, como en la transcripción de José López-Calo, bien en compás ternario, como en mis propias interpretaciones.

-¿Cómo recibió la noticia del robo del códice?

-Me dejó conmocionado y desconcertado. ¿Cómo se pudo sustraer una posesión tan preciada del archivo, que además se guardaba bajo llave en una cámara y que casi nunca se podía ver? ¿Y por qué querría alguien llevárselo, ya que posiblemente se trata del libro más famoso de la Baja Edad Media, que cualquier comprador identificaría como robado? Tengo la corazonada de que el libro ha sido «secuestrado» por alguien desde dentro del archivo y que solo será devuelto a cambio de un rescate. Lo único que espero es que quien haya sido lo cuide y que no resulte dañado. En las listas de correos de los musicólogos de Estados Unidos no se habla de otra cosa desde hace días: todos deseamos que vuelva pronto al archivo.

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