López Orozco no ocultó ayer que se encontraba «moi satisfeito» por el hecho de que la asamblea del Bloque autorizase el inicio de negociaciones con el PSOE de cara a la conformación de un gobierno bipartito. Señaló que le gusta ser alcalde de Lugo, pero le gusta en la medida en que un gobierno estable puede trabajar por el desarrollo del municipio.
Orozco ve con esperanza las negociaciones que pronto empezarán. Es consciente de que habrá dificultades, pero cree que serán superables. Son dos partidos distintos y, por tanto, con claras diferencias entre ellos. Pero considera que hay puntos coincidentes, incluso en los programas, y tienen el común objetivo de hacer lo mejor para los intereses del municipio.
El alcalde en funciones indicó que ya se puso en contacto con su partido para que decidan cómo y cuándo se debe materializar la negociación. Sin duda debido a la experiencia del 2007, esta vez Orozco sí se implicará directamente en las conversaciones, aunque sea ocasionalmente, según apuntó ayer. En este sentido aludió a la experiencia que le dan los años en la alcaldía y que puede aportar elementos positivos a la negociación.
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En la mañana de ayer reconoció que aún no había hablado con el nacionalista Antón Bao, para perfilar aspectos básicos de la negociación, pero esperaba hacerlo en las próximas horas. Una de las cuestiones que tendrán que decidir las partes es cuál será el escenario en el que se desarrollarán las conversaciones. En el 2007 el marco elegido fue el Hotel Santiago, pero quizá, en lo que atañe a este asunto, no traiga buenos recuerdos ni para socialistas ni para nacionalistas. En todo caso, será probablemente un escenario neutral y no vinculado a las instituciones.