Profesores y alumnos aprovechan al máximo el reducido espacio del centro
27 abr 2011 . Actualizado a las 11:44 h.Al CEIP Quiroga Ballesteros acudirá hoy un grupo de cuentacuentos al que solo podrán escuchar parte de los alumnos por falta de espacio. La actividad se celebrará en la sala de usos múltiples, que a diario también hace de gimnasio y de aula de logopedia, e incluso se ha estudiado la posibilidad de que sea comedor escolar. Y no es algo aislado, ya que los 20 profesores, 140 alumnos y el conserje del único colegio público que hay dentro de la Muralla aprovechan al máximo el reducido espacio del centro, que comenzó a funcionar a principios del siglo XX en el edificio histórico. Así, en las aulas hay entre 16 y 18 alumnos, por debajo del ratio de 25 que fija la norma. La «mini aula» de informática, que tiene 9 ordenadores, alberga también los departamento de orientación y apoyo; la sala de profesores está en un pasillo; la biblioteca tiene menos de 10 metros cuadrados, y cuando llueve los niños no pueden salir porque la única zona cubierta del patio no dispone de laterales. Como los juegos de los muñecos Pin y Pon, en miniatura. El director, Carlos Rodríguez Ocampo, indica que ha habido mejoras y las administraciones llevan tiempo analizando fórmulas para instalar un cierre practicable en el patio, una salida de emergencia o un servicio de comedor. Pero agrega que las características del inmueble hacen «humanamente imposible» adaptar las instalaciones del Quiroga Ballesteros a las que tienen otros centros.
EU pide otro colegio
En esa línea, Esquerda Unida se sumó ayer a la reivindicación de la ANPA y de una plataforma de padres que reclaman la creación de otro colegio público en el centro histórico de Lugo.