El colegio público Ponte de Doiras, de Cervantes, inicia hoy el curso tras 20 días sin clase debido a la protesta de los padres por la decisión de Educación de cerrar la cocina y llevar los menús desde el de San Román. Finalmente, la Anpa cedió a las presiones de Educación, que abrió un expediente que podría rematar con una fuerte sanción, según les advirtió por escrito.
Sin embargo, padres y madres reiteraron ayer que no renuncian al servicio clausurado y que lucharán con todos sus medios para conseguir que el centro vuelva a tener cocinera. Argumentan que sus hijos no son ciudadanos de segunda y que tienen derecho a una comida elaborada allí, sin tener que ser trasladada desde la cabecera municipal, cuyo colegio tiene ahora dos personas en la cocina dado que cumple la ratio al sumarle los 18 alumnos de Doiras.
Critican no haber sido recibidos por el conselleiro. «Quédanos claro que non lle importa nin o máis mínimo o que lle suceda a 18 nenos da montaña lucense», aseguran.
La asociación de padres y madres se pregunta también en dónde está el ahorro con la medida adoptada por la Xunta. Puntualiza que el sueldo de la persona que trabajaba en la cocina del colegio Ponte de Doiras lo seguirán pagando pero ahora en San Román. A mayores, Educación también tiene que sufragar el transporte de la comida, «que chega nunha fiambreira ou cuberta con papel aluminio».