Vilalba, donde el Rácing Vilalbés también es casi más que un club, tiene algo más que fútbol cuando se habla de deporte. La fiesta de la bicicleta convierte el centro de la localidad en escenario de una vuelta ciclista con poco trayecto, mucha diversión y no menos concurrencia: unas 1.200 personas se apuntaron ayer en la cita de este año. Tanta gente anotada obligó a que la salida se demorase unos minutos, hasta que todos los participantes recibieron su camiseta y su correspondiente dorsal. La iniciativa, un año más, estuvo organizada por la Casa da Xuventude, cuya responsable es Ana Cordal .
Marea amarilla. Para lucir el maillot amarillo en el Tour de Francia, hay que demostrar carácter ganador en los puertos de montaña, en los llanos o en la contrarreloj. Para llevarlo con satisfacción en esta cita vilalbesa, en cambio, bastaba con apuntarse y estar dispuesto a pedalear durante unos kilómetros.
Predicar con el ejemplo. No solo la directora del organismo que promueve la cita se animó ayer a montar en bicicleta. El presidente del Iescha, Manuel Castro , el profesor Xosé María Felpeto , el concejal Xosé Teixeiro , la diputada Sonia Verdes o el ex edil Carlos Gómez Osa hicieron un hueco para pedalear un rato y estirar las piernas. Además, a ellos y a otros muchos seguramente les conviene un poco de ejercicio estos días, dado que el inminente San Ramón siempre entraña algún que otro exceso gastronómico.
Vigilancia. Sendos vehículos de la Policía Local y de la agrupación de Protección Civil hicieron el recorrido con los participantes. Al frente del pelotón, en coche, iba el sargento de la Policía Local, José María Alonso .
Itinerario de costumbre. Los participantes salieron de la praza da Constitución para seguir por Basanta Silva y otras calles hasta volver a la plaza, que no solo fue la meta sino también el lugar en donde se entregaron los regalos.