La estación

José Ramón Ónega

LUGO

07 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Nikita Kruschev, que sabía de la cosa, dijo: «Los políticos son siempre iguales. Prometen construir un puente incluso donde no hay río». No creo que sea el caso de la Estación Intermodal de Lugo que acaban de suscribir altas autoridades de las tres Administraciones Públicas: el ministro Blanco, el conselleiro Hernández, el alcalde Orozco y el mandamás de Adif, González Marín.

Estuvieron además de testigos otros importantes: el delegado del gobierno, Louro; el subdelegado, Vázquez Portomeñe; la delegada territorial, Arias, y otros no menos importantes en sus dachas y señoríos: Jaime Castiñeira, Xosé Anxo Lage, Hipólito Trinidad, José López, Antonio González y así, que esta crónica no es una nota de sociedad.

Además de la música del proyecto, vital para Lugo, gusta verles juntos. En estos tiempos de navajas y espadas, no es frecuente contemplarles tomando café en una terraza del centro.

Pues allí estaban, contentos y felices, sonrientes y confiados. Exageraba asimismo Huxley cuando escribía que cuanto más siniestros son los designios de un político, más estentórea se hace la nobleza de su lenguaje. No siempre.

La estampa de Castiñeira y Lage, sentados juntos, como oposición municipal popular y Bloque, era estimulante. Castiñeira, precavido y realista, matizó que el proceso del proyecto será lento, mientras Lage, desconfiado, ironizaba que Lugo sería conocida en el futuro como la ciudad del protocolo en vez del Sacramento.

Estrategia electoral o no, lo importante es verles juntos. La política es de todos y les asiste el deber de construir provincia y edificar futuro. Las elecciones será tiempo de navajas y venenos.

redac.lugo@lavoz.es