Enfrentados por la letra pequeña

LUGO

Bankinter remitió un requerimiento a la empresa que lleva la publicidad de los buses urbanos para que retire el anuncio de la plataforma de afectados de Lehman

30 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

A la publicidad que contrató la Plataforma de Afectados de Lehman por Bankinter en los autobuses de Lugo, que tienen precisamente una parada delante de la oficina de la entidad en la calle San Marcos, podría tener los días contados. La empresa que la gestiona recibió un requerimiento notarial del banco para que en el plazo de quince días retire los paneles de los vehículos. Lo que más molesta a los responsables de la entidad, que trataron el asunto en la junta de accionistas que se celebró la semana pasada en Madrid, es la letra pequeña. Y, precisamente la letra pequeña es el caballo de batalla del medio centenar de gallegos que se quedaron sin sus ahorros con la quiebra del banco estadounidense. En Lugo la organización tiene constancia de seis casos. La media de dinero que perdieron los 980 clientes de la entidad en España a través de los productos tóxicos de Lehman fue de 50.000 euros, según estimaciones de la plataforma.

Afectado

Uno de los casos más conocido de afectados por la quiebra de Lehman fue el del discapacitado lucense que invirtió parte de la indemnización que recibió por el accidente de tráfico que lo dejó en una silla de ruedas, en productos que le ofreció Bankinter. Lo perdió todo. La entidad recapacitó después de que el camarero lucense denunciara públicamente lo que le había ocurrido y llegó a un acuerdo con él.

Javier Atanes, el responsable de la citada organización en Galicia, apuntó ayer que están estudiando el requerimiento que llegó a la empresa de publicidad y que cree que enviaron también al Ayuntamiento de Lugo. Están analizando con lupa el fundamento legal en el que se basa el banco para demandar la retirada de una campaña de publicidad, que según Atanes, lo único que hace es divulgar una página web para que todos los afectados por la quiebra de Lehman Brothers puedan organizarse para efectuar las reclamaciones contra Bankinter de forma conjunta. Parten de la idea de que hay todavía muchos clientes que permanecen al margen de las actuaciones conjuntas porque desconocen su existencia.

La plataforma de afectados, que ya contrató publicidad en autobuses que están circulando por Santiago y por Pontevedra, piensa extenderla a otras ciudades por la repercusión que ha tenido, tanto mediática como entre los accionistas de la entidad, que según algunos afectados, hablan ya con familiaridad de los autobuses de Lugo. El caso llegó incluso a ser tratado en la junta general de accionistas, a la que también tuvieron acceso miembros de la plataforma.

Bus fuera de servicio

Los buses rotulados, al menos el que llega cada hora entre las y diez y las y cuarto en la parada delante de Bankinter, ayer se encontraba, al parecer, averiado y pendiente de reparación. Circulaba otro con el rótulo polémico, el que cubre la línea Campus San Rafael y que no entra en el centro.

El banco en el requerimiento hace alusión a que la publicidad de los buses puede ser calificada «como ilícita, y más concretamente, como denigratoria por menoscabar su crédito empresarial».

A la entidad le molesta que el mensaje publicitario contenga dos tamaños de letra. Una gigante, en la que se lee «Arruinado en Bankinter», que es la que más se ve. Estas tres palabras están precedidas de «si está», en caracteres más pequeños y seguidas de «por Lehman tu página es (...)» y facilitan una dirección de Internet.

Lo que le más le preocupa a los responsables de la entidad es que lo que se ve a la perfección a «una clara distancia» del autobús es «arruinado por Bankinter». «Es evidente -apunta el banco en el requerimiento- que el objetivo de dicha publicidad es hacer creer al destinatario que Bankinter ha causado o al menos ha coadyuvado a la «ruina» de sus clientes, por mucho que utilice la expresión «en Bankinter», pues si el objetivo es únicamente dar a conocer la existencia de la mencionada página, a lo que evidentemente no sólo no nos oponemos, sino que consideramos un legítimo derecho de los creadores de la misma, la utilización de dicha expresión no es ni pertinente ni necesaria».