El despiste de Piti tuvo un final feliz

SARRIA

Una familia sarriana pasó 12 días buscando a un perro que se había perdido en la plaza de Santa Mariña. Un vecino lo encontró y se lo devolvió a los dueños

22 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Piti

es un perro de la raza schnauzer que vive feliz y rodeado de mimos con una familia sarriana de la rúa Maior. Hace poco más de dos semanas el animal estaba con uno de sus dueños en la plaza de Santa Mariña y en apenas unos segundos en los que lo perdió de vista el animal desapareció.

Horas después toda la familia puso en marcha un amplio dispositivo para encontrar al animal. El benjamín de la familia, Dyango, empapeló toda Sarria con pasquines en los que figuraba una foto del can y dos números telefónicos de contacto. Mientras el resto del clan, con la abuela Isabel López al frente registraron minuciosamente toda la villa en busca del animal.

Los días pasaron inexorablemente y después de una semana la desesperación comenzó a hacer mella en los propietarios del perro. Cuando habían transcurrido doce jornadas sin noticias una llamada desde un móvil abrió las puertas a la esperanza. Alguien había visto a Piti en los alrededores del centro de salud. Poco después el perro entraba triunfante en su hogar. «Se volvió como loco cuando llegó a casa y estaba muy nervioso. Poco después se apagó en exceso, quizá por un bajón de nervios o por el miedo que había pasado», dijo Isabel López.

La explicación de la pérdida del animal es sencilla. Piti, al contrario de lo que suele suceder con el resto de perros, es incapaz de orientarse para regresar a su domicilio como ya han comprobado sus dueños en varias ocasiones en las que salía a la calle y tenían que ir a buscarlo a pesar de estar muy cerca de casa.

El animal no sufrió ningún tipo de daño los días que estuvo fuera de su domicilio e Isabel López sospecha que no estuvo realmente perdido. «Fueron días de lluvia y el estaba completamente seco y bastante limpio cuando volvió, por lo que desconfío que lo tuviera alguien en una casa»

El animal hace mucha compañía a Isabel López y a su familia y tiene alguna peculiaridad curiosa como la de advertir si comienza a llover y hay ropa tendida en el patio, avisar si la niña de la casa comienza a llorar o enseñar a los visitantes alguna cosa nueva que han adquirido sus dueños.

Lo que va a resultar complicado es que el perro vuelva a perderse después del gran disgusto que todos se llevaron, primero por la vigilancia más estrecha a la que lo van a someter cada vez que salgan y segundo por el miedo que ahora tiene el animal a abandonar el recinto en el que se siente seguro. Solo él sabe lo mal que lo pasó durante 12 días.