Para Julio Cambre trabajar una jornada con su torno portátil ante centenares de personas es como un paseo militar. Además de modelar el barro, lo suyo es la pedagogía, que ejerce durante el curso con visitas a una media de 40 colegios, además de otros tantos bolos el resto del año por toda Galicia. Viaja con su hermano Pepe y al comienzo de la conversación ya deja claro que son de Alfarería Os da Laura, de Buño. Pues, que así conste.
La presencia de dos decenas de personas con los ojos clavados en sus manos no le hace temblar el pulso y sin parar de darle vueltas al torno con su pie izquierdo, el pelouro de arcilla va cambiando de forma a cada instante e incorporando a su perfil curvas perfectas y pliegues cada vez más complicados. Con la misma facilidad moja el pincel, que antes era de pluma del ala izquierda de una gallina, en una masa de un barro de distinto color y hace unos círculos milimétricos o una espiral de idéntico ancho en todo el trazado.
Constantemente lanza invitaciones a ponerse al torno y modelar. Acaban recogiendo el guante una niña y la concejala Concepción Burgo, que se dejó caer por allí acompañada por Luisa Zarzuela. No tuvo reparo en pringarse las manos y poner en riesgo el impoluto traje de chaqueta.
Julio enseña y da todo tipo de información sobre las barreiras , la cocción o la historia de Buño.