Cómo hacer sonar el cuerno

L. López / R. Fernández

LUGO

Xan de Vilar es un vecino de O Courel que áun conoce y toca el cuerno de vaca que heredó de su abuelo

28 jul 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

o cOUREL | La comunicación en unos tiempos en que las nuevas tecnologías invaden todos los rincones de nuestras vidas ha perdido parte de su encanto. Pero aún quedan lugares en los que otras formas de comunicarse perduran, aunque sólo sea en momentos simbólicos o guardados en la memoria de sus habitantes.

En las montañas de O Courel encontramos a Xan Sánchez Rodríguez, más conocido como Xan de Vilar u O Ferreiro de Vilar, un hombre de 65 años que abrió la décima edición del Filandón de Músicas tocando un cuerno de vaca. Este objeto tiene mucha historia tras de sí, pertenecía ya a su abuelo, y con el paso de los años ha adquirido un color de humo porque «sempre o tivemos colgado na espeteira da lareira», explica Xan de Vilar.

Los usos del cuerno de vaca son múltiples, tantos que O Ferreiro de Vilar no puede recordarlos todos, y por ello cada vecino tenía un cuerno en su casa. «Eu atopei un na casa do meu avó co seu nome, Antonio Rodríguez», explica este hombre, y asegura, además, que el objeto «deixouse de usar aquí nas montañas hai só vinte anos».

El cuerno de vaca, según explica Sánchez, se utilizaba, sobre todo, con el objetivo de juntar a los vecinos de la aldea o el Ayuntamiento para hacer diversos trabajos, entre los que están «saír á malla, para ir facer a cal no forno da aldea para revestir as casas ou para mazar e tascar o liño», comenta O Ferreiro. Para estas labores, el cuerno se tocaba tres veces, con una pausa muy corta entre un sonido y otro, y este vecino recalca la dificultad de tocarlo y conseguir un buen sonido.

El lobo huye de este sonido

Pero Xan de Vilar continúa enumerando utilidades del cuerno y cuenta que se utilizaba también para llamar y juntar el rebaño, avisar de la presencia de ladrones y que los vecinos salieran con armas, cuando ardía una casa y, el más importante de todos según el protagonista de esta historia, para espantar al lobo. «O corno levábase sempre na bandoleira cando iamos á serra co gando, e o seu son espantaba ao lobo. Lembro unha vez que estaba eu enriba dunha penela e toquei o corno. Nese momento saiu un lobo de debaixo dunha cova todo morto de medo e escapou», explica O Ferreiro.

El modo de fabricación también es conocido por Xan de Vilar, y es complicado. «Hai que furar o corno na fragua, e para iso hai que ir con moito coidado, pouco a pouco, utilizando un ferro quente», cuenta.

Un modo de comunicación que pervive en las montañas y trae los ecos del pasado.