Los 27 de los 36 puntos

Fundamental a la segunda. El meta argentino inició la temporada como titular y encadenó nueve encuentros en los que estuvo bastante discreto hasta perder el sitio tras el derbi en Balaídos. Regresó al once en febrero y se resarció con intervenciones clave, como las de El Molinón.

Incombustible en la derecha. Pese a los constantes de compañero en banda, cuajó su mejor temporada desde que llegó al Dépor. Fue el jugador más utilizado y repartió seis asistencias, el que más junto a Çolak.

Curso discreto. No brilló el catalán, pero se ganó la renovación al cumplir el mínimo de encuentros disputados.

Cumplidor cuando le dejaron. Inexistente para Garitano, destacó por su trabajo en los ocho encuentros que le dio Pepe Mel.

Rehabilitado por Mel. Otro que se fue y volvió. Salió de inicio en once de los primeros doce partidos del curso, pero no lució y acabó en el banquillo. Con el nuevo entrenador recuperó la confianza. Hizo un gol fundamental en El Molinón.

No convenció. Aterrizó en A Coruña con buen cartel, pero no alcanzó el nivel que se le suponía pese a ser el sexto jugador más utilizado. Voluntarioso, pero fallón.

Señalado por la grada. Raúl García cortó su prometedor arranque y ya no volvió a lucir. Hizo cinco dianas en solo nueve duelos como titular, pero se enredó en gestos inoportunos.

Talento poco explotado. El futbolista de mayores virtudes técnicas en el actual plantel estuvo muy intermitente en su primer curso en el Dépor. Pese a ello, marcó tres goles, dio seis asistencias y dejó varios de los mejores detalles vistos en Riazor.

Aún debe dar el salto. La excelente voluntad del colombiano chocó con la falta de adaptación a un campeonato muy distinto al de su país, en el que brilló.

Quien más rindió. Fue el fichaje más caro del pasado verano y respondió a las expectativas con una docena de goles. Indiscutible en punta.

Suficiente para querer más. No jugó ni la mitad de los minutos del campeonato, pero dejó varios buenos detalles, cuatro pases de gol y una diana (en el último partido). Aspira a quedarse.

La temporada del bajón. El brasileño ha estado desconocido durante toda la campaña. Titular salvo lesión, exhibió falta de concentración y protagonizó algunos errores graves.

Desperdició su oportunidad. Entre la salida y el regreso de Lux dispuso de una docena de partidos para demostrar que podía ser titular. No estuvo a la altura.

Regularidad y un error. Su gran laguna llegó en el partido contra el Espanyol. Más allá de ese fallo, fue el central blanquiazul más irregular.

Intrascendente. El menos utilizado de quienes permanecieron en el plantel durante toda la temporada.

Su mejor curso en Primera. El portugués tenía ganas de dejar atrás los desatinos de la pasada campaña y logró hacerlo cuajando un gran papel. Solo la lesión en el último tramo del campeonato lo apartó de la titularidad.

Aparición testimonial. Solo disputó un duelo de inicio antes de irse cedido al Elche.

Apenas dejó huella. Titular en los cuatro primeros choques, después le lastró la expulsión en El Calderón. Parece que no seguirá en A Coruña.

Criterio en la medular. Anotó dos goles fundamentales en Pamplina y se hizo indispensable en la medular.

La sombra del que fue. Su regreso fue una de las grandes noticias del verano, pero decepcionó. Tanto que solo saltó al campo como titular en dos de los últimos diez partidos.

Segundo máximo goleador. El tico no acaba de convencer a todo el mundo, pero su rigor táctico y sus números son incontestables. Imprescindible por alto y seis goles anotados, solo por detrás del registro de Andone.

El espejismo de Sevilla. Su mejor partido lo firmó en su vuelta al Pizjuán. Allí hizo dos goles, pero apenas aportó algo más en su paso por A Coruña.