Los regantes pagarán por el canal por vez primera en catorce años

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

alberto lópez

Deberán desembolsar los 100.000 euros por trabajos de limpieza y mantenimiento

02 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el año 2002, los propietarios de terrenos próximos al canal del Val de Lemos esquivan el pago de las cuotas que están obligados a satisfacer utilicen o no el agua. La puesta en marcha de la comunidad de regantes, en un primer momento, y la posterior constitución de una asociación que la sustituye en la práctica permitieron eludir hasta ahora el pago de esas cantidades. Este año, sin embargo, deberán hacer frente al gasto derivado del mantenimiento y la limpieza de las canalizaciones secundarias. Son en torno a 100.000 euros, a repartir entre los titulares de fincas situadas en el área de dominio de las acequias.

El mantenimiento del canal propiamente dicho no entra en el reparto, porque es una competencia de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil. Los costes de la limpieza de las acequias, por el contrario, corresponde a los propietarios de los terrenos. Estos trabajos, subcontratados a una empresa por el organismo responsable de aguas, salieron esta campaña por alrededor de 100.000 euros.

El Estado suelta lastre

Es una cantidad bastante baja en comparación con otros años. Hasta no hace mucho, se desembolsaban por ese mismo concepto en torno a 300.000 euros por campaña. El paulatino recorte del gasto tiene que ver con la negativa de los propietarios del regadío a pagar unas tasas que consideran desproporcionadas. La confederación hidrográfica tiene claro que no va a ser fácil recuperar ese dinero y recorta la inversión al máximo. Si siguen los tijeretazos, la comunidad tendrá que tomar cartas en el asunto para poder garantizar el riego.

«O que queremos é manter o regadío e para que auga poida seguir distribuíndose fan falta fondos», dice la presidenta de los regantes. Será la asociación la que pase a cobro las cuotas por el mantenimiento de este año entre los titulares de terrenos. La comunidad no puede hacerlo porque tiene embargadas sus cuentas por los impagos acumulados. Parte de la deuda prescribió, pero al menos debe responder de las cantidades pendientes de los últimos tres años.

La última campaña de riego colmó el vaso de la paciencia de la comunidad. La asociación apenas capta socios y la inmensa mayoría de los propietarios de terrenos en la zona del canal se abastecieron de agua mediante captaciones irregulares. «A xente aquí nin ten cultura de regadío nin lle dá valor. Moitos pensan que con desfacer unha acequia para levar a auga xa está», se queja Alicia Toirán.