«Comencé en el oficio de herrero cuando terminó la Guerra Civil»

roi amor MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

O Incio homenajea a los profesionales del hierro como Rubén González

02 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Rubén González López, hijo adoptivo de O Incio, ha dedicado gran parte de su vida al oficio de herrero, del que conoce todos sus secretos. Junto a esta profesión, Ruben ha profesado un amor por la música en general y por la gaita en particular que los años no han hecho olvidar. De hecho, además de haber tenido un grupo en el pasado y seguir tocando la gaita como afición, ahora es un reconocido fabricante de palletas para este instrumento que exporta por el mundo.

-¿Cuándo empezó a dedicarse a la herrería?

-Empecé al finalizar la Guerra Civil. Al terminar el colegio fui para la fragua, sobre finales de 1939 y principios de 1940.

-¿Dónde trabajó como herrero?

-En Castelo de Somoza, en O Incio. Aquí vine a vivir con mi familia y fue donde me dedique a esta profesión. Tuve un muy buen maestro que además era un gran persona, que se llamaba Antonio. Él fue el que me enseño el oficio.

-¿Cuánto tiempo se dedicó a ello?

-Estuve mucho tiempo en está profesión, hasta que tuve 60 años. En 1963 se montó una mina de magnesio y allí estuve trabajando hasta 1985 aproximadamente. Ahora ya no son años para trabajar en la fragua.

-¿Era duro trabajar en la fragua?

-Muy duro. Para estirar el hierro había que ir hasta un martillete que había al lado del río, y estaba lejos. Más adelante, en el año 60 vino la corriente a los pueblos y se montó un martillo allí, lo que facilitaba el trabajo.

-¿Se ganaba la vida siendo herrero?

-No, era imposible. Tenía que combinar el trabajo en la fragua con el trabajo en el campo para poder vivir. Con esto uno no se podía mantener.

-¿Y qué herramientas fabricaba?

-Sobre todo herramientas de labrador, cuchillos, hoces, sachos, entre otras.

-¿En esos años había muchos herreros?

-Había varios herreros, más que hoy, que no queda ninguno. En Castelo estaba yo solo, pero en Rubián había dos hermanos que le dejaron el negocio a los hijos. En O Corgo también había muchos que vivían de este trabajo. Sobre todo se hacían hoces para segar el centeno y se llevaban a Castilla o a donde hicieran falta.

-En O Incio haran un homenaje a este oficio. ¿Le han comentado algo al respecto?

- No sé qué homenaje van a hacer. Conmigo se puso en contacto un representante del Ayuntamiento, que venía de parte de la alcaldesa, y me hicieron unas fotos para el cartel de la feria y el próximo domingo me harán unas preguntas, así que ya se verá.