Las declaraciones efectuadas a lo largo de todo el proceso reflejan que Armando Lorenzo supuestamente mostró especial ayuda a numerosas mujeres de los clubes de alterne de Adán. Incluso queda constancia de que supuestamente algunas trabajaron en ellos porque las llevó el propio cabo.
También recibió un especial trato de las fuerzas de seguridad el camarero o recepcionista del Colina, conocido como Zecinho. Supuestamente el cabo Armando habló con amigos de la sección de Extranjería del Cuerpo Nacional de Policía para que no le hiciesen nada. La petición se cumplió a rajatabla.
El recepcionista era muy conocido entre los funcionarios policiales. Estuvo en situación irregular durante mucho tiempo. Los agentes pasaban ante él, sabían de su situación y miraban para otro lado. Zecinho gozaba de una especial protección policial, según consideran los investigadores del caso.
El portero parece que fue durante algún tiempo uno de los hombres de confianza de Adán. Le mantenía informado constantemente de las entradas y salidas efectuadas por agentes de la policía.
Con el paso del tiempo, los investigadores pudieron comprobar como Armando había cambiado drásticamente de actitud con relación al portero al comprobar como éste en una ocasión denunció a Adán por un delito contra los derechos de los trabajadores.