Alfonso Losada, jefe de la sección de enología en Evega, es uno de los responsables de la organización de la jornada sobre la elaboración de tintos en barrica con variedades autóctonas.
-¿Qué objetivos persigue esta jornada?
-Que se conozca lo que se está haciendo en otros lugares donde trabajan desde hace mucho tiempo la crianza en barrica. El tipo de madera, su porosidad, el grado de tostado, incluso la capacidad del recipiente, son factores que condicionan el resultado final. La crianza no es echar vino en una barrica.
-¿Se elaboran vinos de crianza con demasiada alegría en bodegas donde su producción es anecdótica?
-El proceso de crianza supone un coste añadido y no solo por el precio de las barricas. Hay que disponer además de una sala con una temperatura y una humedad estables. No todo el mundo dispone de medios y por eso es importante tener información, sobre todo ahora que en Ribeira Sacra hay bodegas que están generando importantes expectativas con vinos de crianza. Tampoco hay por qué ver los tintos jóvenes como inferiores a los que paan por barrica, simplemente son diferentes. Y aquí los hay muy buenos y con un gran mercado.
-¿Son mayores los costes en la viña para las crianzas?
-Lo que tienen que tener muy claro los elaboradores es que no toda la mencía sirve para meter en madera. Para hacer vinos de crianza hay que conseguir unos determinados niveles de polifenoles, antocianos y contenido en taninos. Otra cosa distinta es darle un toquecillo de madera al vino metiéndolo tres meses un una barrica.
-¿Recomienda utilizar la variedad sousón?
-Las plantaciones de sousón deben estar muy bien ubicadas porque es una variedad de ciclo largo que solo a partir de trece grados de contenido alcohólico desarrolla un tanino maduro, sin verdores desagradables.