Aparecen nuevos fósiles e industrias paleolíticas en la cantera de Becerreá

Francisco Albo
Francisco Albo MONFORTE/LA VOZ.

SANTIAGO CIUDAD

02 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Las excavaciones en el yacimiento de la cantera de la empresa Campesa, en Becerreá, han puesto al descubierto nuevas muestras de fauna y piezas arqueológicas del Paleolítico, que se suman a los abundantes materiales encontrados en este lugar el pasado año. Los investigadores hallaron esta semana en torno a una treintena de restos fósiles, entre los que ya se ha podido identificar un diente de rinoceronte, la mandíbula de un bóvido y una vértebra de otro animal de gran tamaño, presumiblemente también herbívoro. Los artefactos consisten en dos cantos rodados de los que extrajeron diversos fragmentos para elaborar herramientas líticas.

Manuel Vaquero, director de los trabajos -encuadrados en el plan de investigación de los yacimientos paleolíticos del sur lucense que coordina la Universidade de Santiago-, señala que estos materiales parecen del mismo tipo que los que se descubrieron anteriormente en la cantera. Los fósiles, por lo tanto, corresponden probablemente a un período comprendido entre finales del Pleistoceno Medio e inicios del Pleistoceno Superior y su antigüedad podría oscilar entre 100.000 y 200.000 años. Los artefactos pueden ser del Paleolítico Medio -como los hallados el año pasado-, la época del hombre de Neandertal.

Los hallazgos se han registrado a unos dos metros por debajo de la superficie del suelo, en el borde de un precipicio de dieciséis metros de altura creado por una voladura realizada en la cantera en el 2009. La explosión reveló la existencia de una cueva caliza rellena de sedimentos, que contenía la totalidad de los fósiles descubiertos hasta ahora en este paraje. Pero la voladura destruyó también la mayor parte de la gruta, y lo que ha quedado de ella -que es lo que se estudia actualmente- parece tener un potencial arqueológico bastante limitado.

Superficie reducida

Según indica Vaquero, «el espacio que nos queda por examinar es muy poca cosa y aunque todavía es posible que aparezcan más materiales, todo indica que no harán falta muchas campañas para estudiar la totalidad del yacimiento». Las excavaciones en curso -agrega- «están confirmando que la mayor parte de la cueva se destruyó y que ahora solo queda un pequeño testigo».

Los arqueólogos tenían previsto dar por terminados los trabajos a finales de esta semana en caso de que no hubiese nuevos hallazgos. Las excavaciones seguirán unos días más, pero las perspectivas de efectuar otros descubrimientos son cada vez más reducidas y Vaquero cree que la prospección de este yacimiento puede quedar terminada en poco tiempo.