Un peregrino recorre la ruta Primitiva actualizando todas las etapas con GPS

Lucía Rey
Lucía Rey LUGO/LA VOZ.

LUGO CIUDAD

11 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Reivindicar de una manera real el valor paisajístico y cultural de las rutas xacobeas del Norte y Primitiva es el objetivo con el que el técnico en creación de senderos valenciano Nacho Martín, de 41 años, cogió un GPS, se se calzó las botas y comenzó su peregrinaje en Irún. Desde entonces ha pasado más de un mes, en el que ha cubierto 33 etapas de ambos Caminos. «Después de Villamayor, en Asturias, la ruta se pierde un poco y sigo jugando con esos dos senderos para trazar una nueva ruta», indica el hombre, que recaba toda la información posible. El miércoles por la tarde alcanzó Lugo desde O Cádavo, tras completar una etapa de más de 32 kilómetros. Ayer visitó la Biblioteca Provincial, donde esperaba encontrar documentos que avalen una de sus teorías, según la cual, es el Camino Francés el que enlaza con los caminos Primitivo y el Norte en la zona de Palas de Rei y Melide, y no al revés, como está extendido.

Día a día, Martín, que es miembro de la Federación Española de Montaña, va volcando en Internet (www.reman.es) datos, distancias y recorridos reales, fotografías e incluso mapas a través de Google Maps. «Hay muchas webs sobre el Camino con informaciones culturales muy buenas, pero que tienen muchas carencias porque están dando perfiles falsos», comentó. Su meta es solventar ese déficit. «Con el GPS en cada metro tengo un punto de track , que señalan por ejemplo cómo vas subiendo y vas bajando para pasar una colina», detalló Martín, que también escribe un «diario del peregrino».

Cuando regrese a Valencia espera «pulir» la web, suprimiendo la información superflua y eliminando los «puntos de track » de los lugares en que se perdió, porque ahora figura el bruto. Por el momento aprovecha la oportunidad que le brindan los locales que encuentra con conexión wifi para subir a la Red los informes.

Otra de sus teorías es que los peregrinos de la antigüedad caminaban siguiendo una ruta de pequeñas ermitas. Algunas han desaparecido, pero otras siguen en pie. Para llevar a cabo su aventura está recibiendo el apoyo de otros peregrinos, de «paters» (sacerdotes y misioneros), y también de establecimientos, a los que a cambio de comida o alojamiento, anuncia en su web. «Pero la ruta está tan abandonada que en este tiempo hasta he dormido en iglesias y en cabañas de pastores».