Frío, aldeas mal comunicadas y gente muy mayor. Es el cóctel de todos los inviernos en buena parte del medio rural gallego, sobre todo en la mitad oriental de la provincia de Lugo, en la que despoblación no avanza, sino que galopa. Las condiciones para que los ancianos que viven solos se encuentren en dificultades se dan todo el año, pero los rigores invernales los llevan al extremo. Desde que empezó el año, dos personas de edad avanzada han sido encontradas muertas. En los dos casos fueron muertes naturales y las víctimas fallecieron solas. Ocurrió en Navia de Suarna y en Ribeira de Piquín, en los dos casos en parajes de montaña y de acceso complicado.
El caso de Ribeira de Piquín es el más reciente. Sucedió el domingo. La víctima es un hombre de 86 años que vivía en una casa de construcción antigua sin ningún vecino a la vista ni accesos asfaltados y en un lugar al que solo se puede llegar por un cortafuegos. Lo encontró un conocido que se había acercado a llevarle comida caliente. El sábado, el panadero que volvía de llevarle pan le contó que se había encontrado al hombre con aspecto desorientado y comienzo arroz crudo. Preocupado, decidió que el día siguiente iría a verlo con algo de comida. Llegó a la casa poco después de las cuatro de la tarde y se encontró al anciano sentado y con la cabeza apoyada en un banco. El médico diagnóstico una posible insuficiencia cardíaca.
El caso de Navia de Suarna ocurrió el pasado día 8. Un hombre que paseaba por la orilla del río Corbeira se encontró con el cuerpo sin vida de un hombre de 75 años. El cuerpo no presentaba indicio alguno de violencia. Todo apunta que la muerte le sobrevino por causas naturales.
Congelación en Baralla
A finales del 2008, un anciano de Baralla falleció horas después de que lo evacuaran al Hospital Xeral, tras permanecer varias horas tirado al sereno, en la puerta de su casa, en una de las noches más frías del año. Al parecer, J.???F.???M., de 76 años de edad, llegó al centro sanitario con síntomas evidentes de congelación. El hombre vivía solo en una casa del lugar de Vilachá y se valía por sí mismo. Fue encontrado en las primeras horas de la mañana por un vecino.