La Ribeira Sacra apenas posee espacios etnográficos abiertos a los visitantes

Francisco Albo
Francisco Albo MONFORTE

TABOADA

El museo de Arxeriz, el molino de aceite de Bendilló y las bodegas de Vilachá aún son casos excepcionales Un gran número de construcciones tradicionales está pendiente de restauración

19 oct 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

?l conjunto de municipios de la Ribeira Sacra lucense sólo cuenta con tres espacios relacionados con el patrimonio etnográfico que hayan sido habilitados para recibir visitas turísticas. Uno de ellos es el molino de aceite de Bendilló, restaurado hace años por sus propietarios, quienes lo muestran habitualmente a los visitantes. Otro caso es el del conjunto de bodegas antiguas de Vilachá de Salvadur, en A Pobra do Brollón, restaurado en varias fases en los últimos años. El tercero es el Ecomuseo de Arxeriz, creado en el municipio de O Saviñao por la Fundación Xosé Soto de Fión e inaugurado el pasado verano. Aunque la situación ha mejorado con estas iniciativas, el peso del patrimonio tradicional en la actividad turística local sigue siendo muy bajo en toda la zona. Aparte del caso de Arxeriz -que no contó con subvenciones-, la falta de apoyo institucional no ha permitido hasta ahora que fructifique ninguna otra iniciativa para exhibir piezas relacionadas con la cultura material tradicional de la zona. La asociación Barcas do Miño ha realizado diversas exposiciones de embarcaciones y otros materiales, pero no ha conseguido un local para mostrarlas al público de forma permanente. Cabe recordar también el caso del coleccionista coruñés Benigno Eiriz, que en el año 2000 cedió a la localidad leonesa de Alija del Infantado una colección de 6.000 piezas etnográficas -guardada en buena parte en Taboada- después de intentar infructuosamente que se habilitase en la comarca un museo para exhibirla. Exceptuando casos como los de Vilachá y Bendilló, la restauración de construcciones tradicionales no ha experimentado muchos avances. En la Ribeira Sacra se conservan molinos de harina y de aceite, ferrerías, hórreos, sequeiros, pesqueiras y otros muchas construcciones que en muchos casos se están arruinando o desapareciendo bajo la maleza.