Los restos del galleguista Ramón Suárez Picallo ya descansan en Sada

La Voz

CULTURA

Un nutrido grupo de intelectuales y políticos nacionalistas asistieron ayer a su segundo entierro

15 oct 2008 . Actualizado a las 11:22 h.

Ayer se cumplieron 44 años de la muerte en el exilio argentino del galleguista Ramón Suárez Picallo, pero también se materializó uno de sus últimos deseos: descansar en el camposanto de Fiunchedo, en Sada, el lugar en el que nació y del que tuvo que exiliarse en 1936, un año en que su hermano murió fusilado. La repatriación de los restos de uno de los impulsores de Estatuto de Autonomía de Galicia congregó a más de doscientas personas en una plaza de la villa sadense que lleva el nombre Irmáns Suárez Picallo. Había muchos vecinos, pero eran mayoría los políticos nacionalistas.

Precisamente fue el vicepresidente, Anxo Quintana, quien cerró un emotivo acto asegurando que Suárez Picallo «encarna a esencia misma de Galiza». El número dos del Ejecutivo gallego destacó que Suárez Picallo ve cumplida su ansia de descansar en su tierra, cerca de su hermano Xoán Antón, «vilmente asesinado».

Estatuto

Para Quintana, Suárez Picallo realizó un trabajo «determinante» en la dignificación de la cultura gallega de su lengua y de su autoestima, y recordó que su sueño era que Galicia tuviese un sólido autogobierno, algo que, según aseguró, es uno de sus objetivos: «A mellor homenaxe que podemos rendirlle é ser capaces de dotarnos de un verdadeiro Estatuto de nación para Galicia», concluyó.

Quintana estuvo acompañado por la conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo; la de Vivienda, Teresa Táboas; el secretario general de Relaciones Institucionales, Xoán Antón Pérez Lema, el diputado nacionalista Bieito Lobeira y representantes nacionalistas de todas las corporaciones de la comarca coruñesa, como el primer teniente de alcalde de A Coruña, Henrique Tello o la alcaldesa de Melide.

El regidor de Sada, el nacionalista Abel López Soto, resaltó el «compromiso ético insobornable de Suárez Picallo» y remató su intervención con el mismo saludo que solía emplear el galleguista: «Saúde e terra ceibe». Tras López Soto, que acudió a Buenos Aires para repatriar los restos del homenajeado, intervino Ramón Tenreiro Suárez, sobrino del que fue diputado durante la República por el Partido Galeguista y un periodista destacado de su época.

«Frente ao teu mar»

Tenreiro no cesó de agradecer a las administraciones la repatriación y, muy emocionado, recordó algunas de las epístolas entre Blanco Amor y su «tío Ramón», al que dijo: «Ramón, estás fronte ao teu mar, do que tiñas tanta saudade». Para el único descendiente directo del galleguista también son muy importantes las acciones que se están llevando a cabo para rememorar el trabajo de Suárez Picallo, como el congreso que se clausuró ayer.

Poco antes de que la comitiva, en la que también estaba el historiador Ramón Villares, emprendiese su camino hacia el cementerio sadense Ramón Tenreiro se fundió en un abrazo con Isaac Díaz Pardo, que volvió a recordar que Suárez Picallo le confesó su aspiración de ser enterrado en la villa sadense.