La evolución de Mercedes Milá: de reputada periodista a reinona de la galaxia catódica

Miguel Anxo Fernández REDACCIÓN/LA VOZ.

TELEVISIÓN

13 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Hubo un tiempo, allá por los ochenta, en que María de las Mercedes Milá i Mencos, condesa heredera de Montseny, conocida en el orbe mediático como Mercedes Milá, era periodista reputada a la que se le atribuía una nueva manera de comunicar y de preguntar, sin rodeos, a la yugular, implicando a la cámara. Protagonizó dos momentos que son parte de la historia de la pequeña pantalla hasta instalarse en la memoria colectiva de quienes fueron testigos de ello (y pueden recuperarse en YouTube.com). Uno, cuando entrevistó a Cela y el de Padrón le dijo ser capaz de absorber por vía rectal casi dos litros de agua. Otro, cuando el escritor Umbral agarró un mosqueo de mil pares porque no le preguntaba por su nuevo libro.? Entonces, Mercedes brillaba en aquella Televisión Española una, grande y libre? de la malsana competencia introducida con la irrupción de las privadas. Y ahí se rompió su brújula. Tentada por los cantos de sirena llegados en los noventa desde Antena 3 primero y después desde Telecinco, comenzó a desnortarse hasta embarcarse en el estéril y errado empeño de convencernos de que Gran Hermano es el paradigma de la nueva televisión, cuando en realidad es pura deyección en la que impera de manera despótica y caprichosa desde el 2000 (excepto el 2003, año de Pepe Navarro), hasta convertirse en caricatura de sí misma, subrayada en las últimas temporadas con un look cual reinona de la galaxia catódica. Por mucho que lo intenta paliar con sus (cuestionables) documentales Diario de? , dista un abismo entre esta Milá y aquella que hacía Buenas noches o De jueves a jueves en la TVE de los

ochenta.