Los populares arrebataron un concejal al PSOE y otro a los nacionalistas
23 may 2011 . Actualizado a las 15:59 h.Gerardo Conde Roa será el próximo alcalde de Santiago de Compostela. Se trata de la primera mayoría absoluta que logra el PP en la capital gallega en unos comicios locales, en los que el PSOE gobernó en solitario o con el BNG desde 1982, con la salvedad de un breve período en el 86 en el que Viéitez Cortizo estuvo al frente de la alcaldía unos meses tras una moción de censura a Xerardo Estévez. En aquellos años se fogueó en la política local un joven Conde Roa, abogado de profesión, quien volvió al ruedo municipal hace cuatro años para intentar dinamitar la sólida entente del bipartito santiagués. En el 2007 fue ganador sin premio, sabedor de que sin mayoría absoluta no habría cambio en Compostela.
Tras cuatro años marcados por una bronca permanente en el pazo de Raxoi, los populares han logrado desplazar del poder a sus rivales arrebatando un concejal a cada uno de los partidos que gobernaron como socios desde que Bugallo accedió a la alcaldía en 1999.
Conde Roa ha logrado batir también a las encuestas, que nunca le dieron el decimotercer concejal, aunque todos los contendientes eran conscientes de que todo se estaba decidiendo en un puñado de votos que finalmente cayeron en la saca popular.
Las matemáticas de las urnas impiden buscar un único responsable de la debacle del bipartito, aunque parece evidente que Sánchez Bugallo no ha sido capaz de rentabilizar la imagen de alcalde consolidado frente a un BNG que presentaba a un joven Rubén Cela lastrado por el escaso conocimiento popular.
El PSOE baja a nueve concejales, los mismos que tuvo en 1999, pero el porcentaje de votos con respecto a aquella primera cita con Bugallo de cabeza de cartel es un 3% más bajo, para quedarse en el 30%. Con respecto al 2007, el batacazo es de ocho puntos.
El caso del BNG es similar. Su techo lo marcó el año 99, cuando obtuvo cinco concejales y un 18% de los votos. Ahora se queda con tres ediles y un 13% de apoyo en unas urnas en las que destacan los cerca de cuatro mil votos que se han repartido las candidaturas minoritarias que no alcanzaron representación en el pazo de Raxoi y los más de 1.800 votos en blanco.
Conde Roa, que anoche solo podía ser héroe o villano, gobernará con un respaldo del 43%, porcentaje similar al que obtiene el PP en Santiago en otras citas electorales, el gran estigma de los candidatos populares.