Los indignados gallegos sortean la prohibición con actos lúdicos

redacción / la voz

LUGO CIUDAD

Las acampadas siguieron ayer, pero fueron retiradas muchas pancartas

22 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Al igual que en muchas otras ciudades españolas, los indignados gallegos desafiaron ayer a la Junta Electoral Central continuando con sus acampadas y concentraciones. Pero tampoco quisieron pasar por alto la jornada de reflexión y sustituyeron la mayoría de sus pancartas de protesta por otras que invitaban a meditar sobre la cita electoral que se desarrollará hoy.

Sus reivindicaciones cedieron buena parte del protagonismo a los actos lúdicos y festivos organizados para superar una larga jornada de espera que se extendió también a algunas villas, aunque con desigual seguimiento. Ayer amaneció en Ourense con una veintena de manifestantes en la plaza Maior, mientras que en Compostela, los concentrados en el Obradoiro hacían balance de una intensa noche en la que llegaron a darse cita más de un millar de personas. En ambos casos, de igual forma a lo sucedido en el Obelisco coruñés, a lo largo de la jornada se fueron sucediendo talleres, espectáculos y otras propuestas lúdicas y culturales con un par de altos (al mediodía y a las ocho de la tarde) para celebrar asambleas y «momentos de reflexión».

En Ferrol, a las siete de la tarde, los concentrados en la plaza de Armas se taparon la boca con cinta adhesiva y guardaron silencio durante unos minutos antes de romperlo con gritos y pitidos. Una hora después, la plaza Maior de Lugo fue escenario de un acto similar, que concluyó con la lectura a través de un megáfono de fragmentos de distintas obras, comenzando por el ¡Indignaos! del francés Stephane Hessel.

En Vilagarcía el acto celebrado ayer por la tarde también se desarrolló de forma pacífica, pero la coincidencia en el mismo espacio y a la misma hora de los indignados -alrededor de 400- con un grupo evangélico propició algunos momentos de tensión. Los primeros cortaron la megafonía a los segundos y estos replicaron con discursos desafiantes lo que animó al primer teniente de alcalde, Xosé Castro Ratón, a tratar de mediar sin éxito, aunque, finalmente, la polémica no pasó a mayores.

Información elaborada con datos de las delegaciones de La Voz.