Ruinosa subasta de caballos salvajes en Ribadeo

José Francisco Alonso Quelle
j. alonso RIBADEO / LA VOZ

GALICIA

El Concello pagó 1.050 euros por siete equinos molestos y los colocó por 350

17 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El Concello de Ribadeo llevó a cabo ayer una insólita subasta de siete de las trece reses salvajes capturadas en las últimas semanas en los montes de la zona rural. Nadie las reclamó, probablemente porque el dueño debería hacerse cargo de los daños que han provocado en pastos y sembrados, y antes de sacrificarlas el Concello optó por convocar una subasta pública.

Desde un primer momento, el alcalde, el nacionalista Fernando Suárez, se mostró receloso. Se conformaría -dijo- con cubrir el 30 % de los costes asumidos por el Ayuntamiento. Pero ni eso. Un ganadero, el único que asistió a la puja, se llevó los siete ejemplares (un garañón, varias yeguas preñadas y potros) por 350 euros. Y si el precio no fue inferior fue porque el concejal que dirigió la subasta, Vicente Castro, dijo que no estaba dispuesto a bajar más. Iván Pérez Fernández, ganadero de Couxela (Ribadeo), accedió sin excesivo entusiasmo a pagar 50 euros por cada res. «Había que sacalos máis baratos, pero como non baixa máis?», comentó. ¿El destino del ganado? «Se estiveran ben xa os mandaba agora», dijo, en referencia al matadero.

El precio de salida fue de 150 por cada ejemplar y de 1.225 por el lote completo. De ahí se bajó a 100 por cabeza y 700 por el lote. Nadie respondió y Vicente Castro lanzó la última oferta: 350 euros por todo. El negocio ha sido ruinoso para el Ayuntamiento, ya que pagó 150 euros a un grupo de vaqueros de Mondoñedo por cada ejemplar que capturaron. Además, tuvo que acondicionar un curro y alimentar a los caballos.

El edil apuntaba que el coste por res sube a unos 250 euros, pero reconoce que la venta es un mal menor, ya que en caso contrario el Ayuntamiento debería correr también con el coste de sacrificarlos. El alcalde lamenta las cargas que, como esta del ganado mostrenco, tienen que asumir los Concellos en tanto las administraciones superiores se lavan las manos. Y eso cuando quedan otros seis caballos salvajes pendientes de subastar y alguno más pastando libre por los prados y que deberán capturar.