Un pesquero de Camariñas remolcó dos tortugas de 240 kilos muertas en las nasas

Juan Ventura Lado Alvela
Juan Ventura Lado CARBALLO / LA VOZ

GALICIA

06 dic 2011 . Actualizado a las 13:07 h.

El pesquero Botines, con base en Camariñas, remolcó ayer por la tarde hasta el puerto de la localidad dos ejemplares adultos de tortuga laúd con un peso de 240 kilos y una longitud de 1,80 metros, cada una.

Según explicó el patrón de la embarcación, Bruno Toba Martínez, los animales murieron enredados en la cuerda de las nasas que habían fondeado el jueves en la zona de Budián, a unas 60 brazas (algo más de 100 metros) de profundidad. «Eu e máis meu tío [el otro tripulante del Botines] tiñamos largado para o pulpo e ao tirar polo cabo, vimos que facía presión e xa veu unha enganchada pola cabeza. Seguimos recollendo e apareceu a outra presa por unha ala», señaló el marinero, quien, aparte de alertar a Salvamento Marítimo, colocó los reptiles a un costado del barco para llevarlos a tierra.

Una vez en el muelle, el personal de la lonja y otros compañeros de Toba «que nunca tal cousa viran», como afirmó uno de ellos, echaron mano de una carretilla elevadora para retirar a los animales del agua y ponerlos a buen recaudo, a la espera de que hoy se haga cargo de ellos la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma). Desde esta entidad, Alfredo López, uno de sus responsables, adelantó que podría tratarse de dos ejemplares hembra, aunque deberán determinarlo con exactitud una vez que le practiquen los correspondientes exámenes.

Según explicó López, estas tortugas crían en las cálidas aguas del mar Caribe y viven en el océano, aunque en ocasiones pueden llegar a la costa gallega por el efecto de la corriente del Golfo.

El hecho de que apareciesen muertas, a su juicio, se debe a que «están acostumadas a nadar cara adiante no medio do mar, onde non hai ningún tipo de obstáculo, polo que, cando se atopan cun cabo das nasas, coma neste caso, enréllanse nel e non saben saír».

Aunque las muertes accidentales de este tipo no resultan frecuentes en los caladeros autonómicos, el ejemplo de Camariñas tampoco es único. En la Cemma registraron siete casos similares repartidos por el litoral gallego en lo que va de año, según asegura López, quien agradece la actitud del marinero, gracias a la cual las tortugas «non quedaron varadas por aí adiante».