La policía temía un gran atentado de los radicales tras el abandono de ETA

redacción / la voz

SANTIAGO

Hace un mes descubrió que Resistencia Galega preparaba un importante golpe

03 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Hace algunos meses, los investigadores de la Jefatura Superior de Policía de Galicia detectaron cierta alteración en el seno de los grupos vinculados al independentismo radical. Esos movimientos inesperados coincidían con los rumores de que ETA iba a anunciar un alto el fuego. A la vuelta del verano, las sospechas se fueron concretando y las investigaciones se centraron en la posibilidad de una reagrupación de jóvenes radicales en torno a Resistencia Galega.

A finales de septiembre, la banda hizo explotar un artefacto en la puerta de la casa natal de Fraga en Vilalba. Y unos días después, colocó un paquete bomba en un cajero de Vigo, que tuvo que ser desactivado por los artificieros de la Policía Nacional. El joven que lo descubrió estuvo a punto de coger aquella bolsa que tenía el aviso de Resistencia Galega: «Perigo, bomba». Octubre se inició con un manifiesto del grupo en el que se calificaba como brazo armado para la liberación de Galicia y anunciaba un incremento de la actividad y un paso a una «defensa proactiva».

Desde ese momento, las alertas se activaron al máximo y la sospecha de que Resistencia Galega quería convertirse en el referente terrorista de España tras el abandono de ETA convenció a los investigadores del riesgo inminente de atentado. Era el momento de los especialistas de la Comisaría General de Información, habituados a la lucha contra el terrorismo etarra. Durante el último mes, su trabajo fue intenso: seguimientos, escuchas, vigilancias. Sabían que Resistencia Galega preparaba un gran atentado antes de las elecciones o en la conmemoración de la Constitución.

Pero todo se aceleró el miércoles cuando la policía interceptó un coche cargado de explosivos con dirección a A Coruña, donde al día siguiente iban a estar los príncipes. Así se frustró el primer atentado. El segundo se evitó al hallar en los registros una bomba preparada para matar. La iban a poner cerca de la Delegación del Gobierno, donde ayer Feijoo, el ministro Caamaño y otras autoridades conmemoraban la Constitución.