Los expertos dicen que el pecio del «Prestige» está en zona inestable

Elisa Álvarez González
elisa álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La comunidad científica recoge en un libro los trabajos de la catástrofe

18 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La catástrofe del Prestige obligó a la comunidad científica a llevar a cabo numerosos proyectos de investigación sobre la problemática asociada al pecio; el impacto en los sistemas biológicos; los efectos socioeconómicos, o la aplicación de la oceanografía operacional en los vertidos de hidrocarburos. Todos ellos acabarán recogidos en un volumen, bajo el título Recursos en I+D+i dedicados ao estudo dos efectos da vertedura do «Prestige» (2003-08). Avaliación e xuízo crítico, coordinado por el catedrático Victoriano Urgorri y Marcos P. Señarís. Ayer, algunos de los científicos que participaron en estos proyectos adelantaron en una jornada celebrada en Santiago las conclusiones de estos.

Aunque se ha hablado mucho del impacto en los sistemas biológicos y en el medio ambiente, los estudios asociados al pecio hundido son quizás menos conocidos. Federico Vilas, catedrático de Geología en la Universidade de Vigo, señaló que se realizaron 17 proyectos, tres urgentes y otros 14 con posterioridad, sobre los problemas asociados al pecio. En ellos se refleja que los restos del barco se sitúan en una zona inestable, una de las partes en un cantil y otra en un área de formas erosivas.

Los tres primeros estudios abordaron las condiciones oceanográficas, geoambientales y del fuel. El primero de ellos concluyó que la zona en la que se sitúa el pecio tiene complejidad de corrientes, con importantes variaciones temporales no solo en dirección, sino también en velocidad. El segundo apunta a riesgos asociados a las características morfológicas, tectónicas, sísmicas y de sedimento; mientras que el análisis del fuel determinó que no había una solidificación, sino que la viscosidad aumenta de forma progresiva con la disminución de la temperatura.

Los estudios geológicos que se hicieron con posterioridad estiman que los potenciales riesgos geológicos pueden tener importantes repercusiones sobre el pecio. Vilas Martín, quien apuntó como la mayor parte de la comunidad científica que hubiese sido mejor llevar el buque a una zona de abrigo más controlada, aseguró que el pecio pudo haberse desplazado ya, no mucho evidentemente, «pero apoyado sobre un material que no es muy estable, si hay un pequeño movimiento sísmico se moverá», afirmó.

Casi en la cuenca abisal

El barco se hundió a más de 3.600 metros de profundidad, pero como destacaron en la jornada, si se hubiese partido un día más tarde, estaría hundido a 5.400 metros, en la cuenca abisal, lo que multiplicaría el coste de la extracción del fuel.